El activista Vito Quiles llevó a cabo el pasado viernes, 14 de noviembre de 2025, un acto político en el campus de la Universidad de La Laguna (Tenerife) sin la autorización del Rectorado, lo que generó una fuerte respuesta policial y provocó la indignación de un grupo de aproximadamente 200 manifestantes.
Quiles se dirigió a un centenar de simpatizantes que se reunieron en el aparcamiento frente a la facultad de Derecho. Utilizando un megáfono, lanzó críticas al rector de la universidad, Francisco García, quien había denegado la solicitud de autorización para el evento. Durante su intervención, los asistentes corearon lemas como «arriba España», además de proferir insultos hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y proclamas en contra de la inmigración.
Reacción de la Universidad y de la Sociedad
La universidad emitió un comunicado en el que defendía su compromiso con la libertad de expresión, pero aclaraba que no podía permitir la difusión de desinformación ni mensajes que vulneren los derechos humanos, la igualdad o la dignidad de las personas. Esta postura fue respaldada por la Asociación Canaria de Estudiantes (ACE), cuyo representante, Andrés Paz Pais, acusó a Quiles de intentar «dinamitar la convivencia» en un espacio educativo que busca fomentar el diálogo entre diversas ideologías.
Ante la situación, el partido Podemos solicitó explicaciones urgentes al delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, sobre cómo se permitió la celebración de este acto no autorizado. Además, cuestionaron la decisión de la Policía de «escoltar» a Quiles mientras se incitaba a la violencia, en un contexto donde la convivencia y el respeto son fundamentales para el desarrollo educativo.
Un Evento Precedido de Controversia
Este evento no fue un caso aislado, ya que el día anterior, Quiles había llevado a cabo otro acto no autorizado en Las Palmas de Gran Canaria, donde se reunieron cerca de 500 personas. Este acto también había sido trasladado, inicialmente programado para el campus de Tafira, a la plaza de España debido a la suspensión de clases ocasionada por la borrasca Claudia.
La tensión que rodea estos eventos evidencia la polarización política en España y el desafío que enfrentan las instituciones para mantener un entorno de respeto y diálogo en el ámbito académico. La comunidad educativa y política continúa debatiendo sobre cómo abordar estos fenómenos y asegurar la integridad de los espacios destinados al aprendizaje y al intercambio de ideas.
