Uno de cada tres jóvenes menores de 25 años en España se encuentra sobrecualificado para su empleo actual, según el informe Jóvenes y desajuste laboral, elaborado por la patronal de las Empresas de Trabajo Temporal y Agencias de Empleo en España (Asempleo). Este estudio, que se basa en datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), revela que el 35% de los trabajadores de este grupo de edad tiene una cualificación superior a la exigida en su puesto.
El informe destaca que la sobrecualificación es especialmente pronunciada entre los más jóvenes, lo que pone de manifiesto un desajuste estructural entre el sistema educativo y el mercado laboral. La situación es aún más grave entre quienes han tenido un primer empleo y lo han perdido, donde la tasa de sobrecualificación alcanza el 41,1%. Esto indica que el acceso inicial al mercado laboral suele ocurrir a través de posiciones que no aprovechan la formación adquirida y ofrecen escasas garantías de estabilidad.
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Andreu Cruañas, presidente de Asempleo, advierte que “la fricción entre formación y tipo de empleo desempeñado abre una fase temprana de devaluación competencial que afecta especialmente a los jóvenes recién incorporados”. De hecho, solo el 55,6% de los menores de 25 años considera que su titulación se ajusta al trabajo que realiza.
El informe también revela que los jóvenes son el colectivo que más ha incrementado su nivel formativo en los últimos 11 años. Entre 2014 y 2025, el número de menores de 25 con educación superior en España pasó de unos 340.000 a cerca de 620.000. Sin embargo, una cuarta parte de los jóvenes de 15 años no alcanza el nivel básico en matemáticas y lectura.
Desajuste en el mercado laboral
Según Asempleo, mejorar la calidad del empleo juvenil se perfila como uno de los grandes retos del mercado laboral español de cara a 2026. Este desajuste entre la formación de los jóvenes y la oferta real de empleo se refleja en su elevada concentración en sectores como la restauración (16,6%) y el comercio (16,2%), actividades que en muchos casos no requieren el nivel educativo alcanzado. “La inserción laboral inicial continúa caracterizándose por un acceso predominante a sectores y ocupaciones de baja intensidad formativa”, concluye Cruañas.
Un nuevo elemento de presión se suma a la precariedad del empleo juvenil: el avance de la inteligencia artificial. Asempleo alerta de la aparición de un “muro tecnológico” que modifica las vías tradicionales de acceso al mercado laboral, dificultando la inserción de los jóvenes, incluso de aquellos con mayor nivel formativo. En este contexto, el 10,12% de los jóvenes de entre 15 y 24 años, unas 534.240 personas, ni estudia ni trabaja, un colectivo conocido como “ninis”.
El impacto de la automatización también preocupa. El Fondo Monetario Internacional advierte que, en economías avanzadas como la española, hasta el 60% del empleo está expuesto a la inteligencia artificial, un riesgo que afecta de manera particular a los jóvenes cualificados. “Tener más estudios ya no protege frente a la automatización, sino que, paradójicamente, puede aumentar la exposición a este proceso”, señala Asempleo.
Consecuencias en la contratación
Las dinámicas de contratación ya muestran sus efectos. Según un informe de IDC de diciembre de 2025, el 62% de las empresas españolas asegura haber reducido o paralizado la incorporación de perfiles junior. Además, el 41% de los jóvenes de la generación Z abandona su empleo en menos de un año, un dato que supera en 11 puntos la media, según un estudio de Randstad.
En la práctica, esto significa que dos de cada cinco jóvenes dejan su puesto de trabajo durante los primeros doce meses, lo que refleja la inestabilidad que caracteriza el mercado laboral juvenil en España.
