Sudáfrica ha decidido no ceder formalmente la presidencia del G20 a Estados Unidos debido a la ausencia de una representación de alto nivel en la cumbre que se celebra este fin de semana en Johannesburgo. Según el portavoz presidencial, Vincent Magwenya, el presidente Cyril Ramaphosa no entregará el mandato simbólico a un funcionario menor de la embajada estadounidense, ya que esto contravendría el protocolo establecido.
Magwenya enfatizó en un comunicado oficial que «nunca se ha hecho antes y no va a ocurrir ahora con Sudáfrica». La decisión de no aceptar a un cargo menor como representante de Estados Unidos en la cumbre responde a «una cuestión de principios». Según el portavoz, «Estados Unidos ha elegido no asistir a la cumbre. Esa es su elección y tiene la prerrogativa de hacerlo, pero lo que no puede ocurrir es que se fuerce una ruptura del protocolo».
Un precedente inusual
El rechazo de Sudáfrica a aceptar un representante de bajo nivel marca una postura firme en un contexto donde el país busca mantener la integridad del G20. Magwenya defendió la importancia de «relacionarse con otros países de forma respetuosa y considerada», especialmente con Estados Unidos, dado el esfuerzo que han realizado para restablecer las relaciones entre ambas naciones.
Sin embargo, el portavoz subrayó que «no podemos retorcer las normas por un solo país» y destacó la necesidad de respetar a los países que han participado activamente en el proceso. «Han trabajado incansablemente para que este G20 fuera el éxito que es ahora. Tenemos que superarlo», agregó.
En los días previos, había circulado la intención de Estados Unidos de enviar a un diplomático con el rango de encargado de negocios para recibir la presidencia del G20. Este movimiento, sin embargo, ha sido considerado por Sudáfrica como inadecuado y contrario a las normas diplomáticas que rigen tales ceremonias.
Repercusiones en las relaciones diplomáticas
La decisión de Sudáfrica podría tener repercusiones en las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, especialmente en un momento en que ambos países buscan mejorar sus lazos tras un periodo de tensiones. La cumbre del G20 no solo es crucial para la cooperación económica, sino que también representa una plataforma para abordar desafíos globales.
En este contexto, Sudáfrica reafirma su compromiso de actuar con independencia y dignidad, defendiendo el protocolo y la importancia de las relaciones internacionales basadas en el respeto mutuo.
