Un grupo de manifestantes propalestinos se reunió este miércoles en Piccadilly Circus, Londres, para protestar durante la presentación de la Eurocopa 2028, evento que se celebrará en Reino Unido e Irlanda. La razón de la protesta resulta confusa, dado que aún no se ha definido si Israel participará en el torneo, ya que ni siquiera se ha realizado el sorteo para la fase de clasificación.
Los manifestantes acusaron a la UEFA, organizadora del torneo, de ser «cómplice» de lo que consideran un genocidio en la Franja de Gaza. Portando máscaras con la imagen de su presidente, Alexander Ceferin, y pancartas con mensajes como «Soy cómplice del genocidio» y «Saquen la tarjeta roja a Israel», exigieron la expulsión del país de las competiciones deportivas.
Contexto de la protesta
La manifestación se produce en un momento en que Israel sigue compitiendo en torneos internacionales, aunque recientemente se quedó fuera del Mundial 2026, que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá. En este sentido, el vicepresidente de la FIFA, Victor Montagliani, declaró en octubre que la decisión sobre la participación de Israel en las competiciones internacionales recae en la UEFA, enfatizando que «Israel es un miembro de la UEFA» y que la organización debe manejar la situación.
El evento de la Eurocopa de 2028, que se planea celebrar dentro de tres años, ha sido objeto de controversia debido a la situación política actual en la región. A día de hoy, el único club israelí que compite en torneos europeos es el Maccabi Tel Aviv, que participa en la Conference League.
La controversia en torno a la participación de Israel en eventos deportivos internacionales ha cobrado fuerza en los últimos tiempos, reflejando las tensiones políticas y sociales que marcan el conflicto en la región. La UEFA se enfrenta a un dilema complejo al intentar equilibrar el ámbito deportivo con las preocupaciones políticas que suscitan las acciones del estado israelí en Palestina.
La protesta de hoy es un claro indicador de cómo el deporte puede convertirse en un campo de batalla para reivindicaciones políticas, donde la opinión pública se manifiesta a través de acciones directas y simbólicas en eventos de gran relevancia internacional.
