La Autoridad Portuaria ha anunciado la licitación de obras de reparación en el muelle de Ribera de la Terminal de Cruceros del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, tras los daños estructurales causados por la colisión del ferry Marie Curie el pasado 30 de enero de 2023. Este incidente, que se produjo durante una maniobra de atraque, dejó un impacto significativo en la infraestructura portuaria, lo que ha llevado a la necesidad de restaurar la seguridad y funcionalidad del muelle.
La colisión ocurrió cuando el ferry, operado por la naviera Baleària en la ruta Huelva-Santa Cruz de Tenerife-Las Palmas de Gran Canaria, sufrió una pérdida de propulsión. El choque afectó gravemente el arco principal del muelle, así como la viga cantil y el pavimento adyacente, según informes de Puertos de Tenerife.
Detalles de las obras de reparación
Las obras, que se licitan por más de 366.000 euros, se centrarán en la demolición completa del arco dañado, el cual presenta dimensiones de 6,4 metros de fondo y 8,3 metros de luz libre. Será reemplazado por un nuevo arco prefabricado de hormigón armado, diseñado para ser más duradero y adaptado a las condiciones ambientales marinas. La decisión de sustituir el arco se tomó tras inspecciones que revelaron una grieta que comprometía su funcionalidad de manera irreversible.
Además de la demolición y sustitución del arco, el proyecto contempla la ejecución de nuevos apoyos estructurales, así como la reparación de la viga cantil y del pavimento afectado, con el objetivo de devolver al conjunto portuario sus condiciones óptimas de seguridad estructural y operatividad funcional.
Impacto en la operativa portuaria
La Autoridad Portuaria ha enfatizado la importancia de realizar estas obras con la mínima interferencia posible sobre la operativa portuaria, permitiendo así el atraque regular de cruceros en el muelle afectado. Para ello, se establecerán medidas de coordinación, seguridad y planificación que aseguren el desarrollo de los trabajos.
La empresa adjudicataria también deberá instalar una barrera de contención antiturbidez, fundamental para evitar la dispersión de materiales sólidos o contaminantes hacia las aguas portuarias durante las fases críticas de la obra, dado que el proyecto se ubica en un entorno portuario activo.
Una vez completado el montaje del nuevo arco estructural y verificada su correcta alineación sobre los apoyos ejecutados, se procederá a la reparación de la viga cantil y a la reposición de la solera superior de hormigón. Estas acciones restituirán la capacidad operativa del tramo intervenido, garantizando la resistencia frente a cargas portuarias y la seguridad en el tránsito técnico y peatonal.
El proyecto incluye también tareas subacuáticas que requerirán la participación de una cuadrilla de buceo profesional, y se prevé que las obras se realicen en un plazo de cinco meses, asegurando así una pronta recuperación de la infraestructura portuaria clave para el tráfico turístico marítimo de la isla.
