El cambio climático está generando efectos devastadores en las costas de Andalucía, donde se estima que, para el año 2100, un total de 33 playas podrían desaparecer debido al aumento del nivel del mar. Este fenómeno afectará principalmente a la Costa del Sol y al litoral gaditano occidental, zonas emblemáticas que atraen a millones de turistas cada año.
Según informes de la Junta de Andalucía, se prevé que el litoral andaluz pierda entre 5 y 25 metros de playa seca en el horizonte de 2050. En escenarios más pesimistas, el retroceso podría alcanzar hasta 65 metros para la misma fecha. Este deterioro impactará de manera significativa en playas muy visitadas, como la de La Costilla en Rota, La Victoria en Cádiz, y Micaela en Chipiona.
Playas en peligro de extinción
El análisis revela que las playas más amenazadas incluyen, en la provincia de Cádiz, las de Cruz del Mar y Camarón en Chipiona, La Costilla y Galeones en Rota, y La Victoria y Cortadura en Cádiz capital. También se encuentran en riesgo La Barrosa en Chiclana, Roche en Conil y varias en El Puerto, como Valdelagrana y Levante.
En la Costa del Sol, las playas de Río Verde y El Faro en Marbella, Los Boliches–Gaviotas y Carvajal en Fuengirola, y La Misericordia y La Caleta en Málaga también están bajo amenaza. En total, las proyecciones indican que muchas de estas playas podrían quedar completamente sumergidas si no se toman medidas urgentes.
Impacto en la infraestructura costera
Los informes indican que, en el caso de la playa de El Carvajal en Fuengirola, se prevé un retroceso del 74% de su ancho actual para 2050. Para el año 2100, la playa podría desaparecer por completo, afectando las infraestructuras costeras, incluido el paseo marítimo local. Este tipo de pérdida no solo impactará el turismo, sino también la economía local y el medio ambiente.
Además, las playas de la provincia de Huelva son las que sufrirán las mayores pérdidas de arena, con proyecciones que indican que la playa de Doñana podría perder 12 500 000 metros cúbicos de arena para 2025.
Los expertos advierten que las playas con sedimentos más finos y profundidades de cierre elevadas son las que sufrirán retrocesos permanentes más severos. Esto pone en riesgo no solo la forma física de las playas, sino también la biodiversidad marina que depende de estos ecosistemas.
El impacto del cambio climático no se limita a la erosión de las playas. Los análisis morfodinámicos realizados en los estuarios del litoral andaluz sugieren que, debido a factores como el aumento del nivel del mar y la sedimentación, los estuarios como el del Tinto-Odiel en Huelva podrían experimentar cambios significativos en su equilibrio ecológico.
La detección de microplásticos en los estuarios de los ríos Guadiana y Guadalquivir, como resultado de la contaminación, también ilustra cómo la actividad humana agrava los efectos del cambio climático. Investigadores de la Universidad de Sevilla han encontrado que la mayoría de los microplásticos son fibras oscuras, probablemente derivadas del lavado de ropa y de una deficiente filtración en las plantas de tratamiento de aguas residuales.
El futuro de las playas andaluzas y su ecosistema está en juego, y los datos son contundentes: si no se adoptan medidas efectivas, la belleza y la funcionalidad de estas costas icónicas se verán comprometidas para las próximas generaciones.