Los padres de Mariam Bennis Aouad, una niña de 8 años con una enfermedad rara provocada por una deleción en el cromosoma 1, han expresado su desesperación tras recibir a su hija en casa nuevamente «con arañazos y mordidas». Este es el cuarto incidente de este tipo que ocurre en el colegio de educación especial San Antonio de Ceuta, donde los padres no han recibido explicaciones claras ni medidas que eviten estas situaciones.
La enfermedad de Mariam afecta su desarrollo intelectual y motriz, pero a pesar de ello, le encanta asistir a su colegio. No obstante, sus padres, Lahib Aouad Salmi y Mohamed Hassan Bennis, manifiestan su preocupación por el impacto emocional que estos episodios pueden tener en su hija. “Siempre viene feliz del colegio, pero esta vez estaba en shock. Con tantos arañazos, acabará traumatizada y no querrá ir más, con lo que le gusta estudiar”, explica su madre.
Incidentes recurrentes y falta de comunicación
Lahib Aouad Salmi remarca que este no es un caso aislado. “El año pasado ocurrió tres veces, una de ellas vino con las dos mejillas rajadas, llenas de arañazos. Esta es la primera vez que sucede en este nuevo curso”, afirma. A pesar de haber presentado quejas anteriormente, la situación no ha mejorado. “La segunda vez que pasó fue la más grave, y ya su padre y yo fuimos al colegio para poner una reclamación. Esto no puede seguir así”, recuerda Lahib.
En el pasado, la tutora sustituta se puso en contacto con la familia tras un incidente, se disculpó y explicó que había ocurrido en el recreo. Sin embargo, en esta cuarta ocasión, “no ha habido ninguna llamada”, ni comunicación oficial por parte del centro. La falta de respuesta ha intensificado la frustración de la familia, que critica la escasa comunicación del colegio. “Normalmente mandan una circular, pero este año no ha sido así. Me enteré por otros padres de que mi hija había cambiado de grupo. El colegio ni me ha citado ni ha mandado ninguna circular”, lamenta.
Próximos pasos: acción legal y reclamaciones
Ante esta situación, la familia ha decidido tomar medidas. “Me han dicho que si quiero presentar una reclamación, vaya mañana a las nueve al colegio. Haré la reclamación y si tengo que ir al Ministerio, iré también”, declara Lahib. La familia no está dispuesta a aceptar excusas relacionadas con la falta de personal o recursos. “No sé quién es la tutora ni con qué compañeros está. No puedo permitir que esto siga ocurriendo”, enfatiza.
A pesar de los incidentes, Mariam “siempre vuelve feliz” del colegio, pero su madre teme que la situación actual afecte su amor por el aprendizaje. “Está bien, pero un poco en shock. Con tantos arañazos, acabará traumatizada y no querrá ir al cole con lo que le gusta”, concluye Mohamed, preocupado por el futuro escolar de su hija.