La educación infantil en España está comenzando a integrar la enseñanza de la historia a través de visitas a museos, lo que permite a los más pequeños establecer conexiones entre el pasado y el presente. En un reciente recorrido por el Museo Arqueológico e Histórico de A Coruña, niños y niñas de 3 y 4 años exploraron salas repletas de objetos históricos, lo que les facilitó aprender sobre su patrimonio cultural de manera lúdica.
Este enfoque educativo, según la experiencia adquirida por futuros maestros y maestras en los grados de Educación, busca conectar los contenidos históricos y sociales con la vida real de los estudiantes, un método que se considera natural y efectivo en esta etapa de desarrollo.
Enseñanza de la historia desde la infancia
Históricamente, la educación infantil había dejado de lado la enseñanza de la historia, influenciada por teorías como las de Jean Piaget, que priorizaban el desarrollo cognitivo en etapas. Sin embargo, el filósofo irlandés Kieran Egan propuso en los años noventa que la imaginación y los relatos pueden ayudar a los niños a comprender conceptos históricos como el tiempo y la simultaneidad. Las investigaciones actuales han corroborado que la enseñanza de la historia no está limitada por la edad, sino por la elección adecuada de contenidos y métodos.
La manipulación de objetos antiguos y la interacción con documentos históricos son estrategias que permiten a los niños iniciar su proceso de indagación histórica desde una edad temprana, ayudándoles a desarrollar competencias propias del pensamiento crítico.
Integrando el patrimonio en el aula
Una de las estrategias más efectivas en este contexto es la integración del patrimonio a través de los museos. En A Coruña, los futuros educadores realizan visitas al museo para diseñar propuestas didácticas que fomenten el pensamiento histórico en los niños de 3 a 6 años. Durante estas actividades, los estudiantes analizan la temática y los objetos históricos del museo para crear actividades que comparen las tecnologías del pasado con las actuales, utilizando reproducciones de embarcaciones prehistóricas, cerámica y juegos de mesa.
La interpretación narrativa del pasado también juega un papel crucial en este proceso. A través del análisis de imágenes y objetos, los estudiantes han explorado leyendas históricas, como la del corsario Francis Drake y su ataque a A Coruña en el siglo XVI. La mayoría de las propuestas educativas incluyen dinámicas lúdicas, como búsquedas del tesoro y yincanas, que hacen el aprendizaje más atractivo y efectivo.
Además, el entorno también ofrece valiosas oportunidades educativas. El Camino de Santiago, por ejemplo, se utiliza en las prácticas de aula y en investigaciones, permitiendo a los futuros docentes diseñar actividades que exploren la historia a través de los nombres de lugares y las leyendas asociadas a esta ruta patrimonial.
El uso de elementos del entorno, como los rituales y la gastronomía del Camino, permite a los niños conectarse con su herencia cultural de una manera tangible y accesible.
En resumen, la enseñanza de la historia a niños de 3 a 6 años no implica simplemente transmitir un relato cronológico de eventos pasados, sino que requiere una adaptación de contenidos y métodos que inicien el desarrollo de competencias de pensamiento histórico. A través de visitas a museos y el aprovechamiento del patrimonio local, se sientan las bases para un aprendizaje significativo que une el pasado con el presente.
Roberto García Morís, profesor de Didáctica de las Ciencias Sociales, actualmente también se desempeña como Diputado en el Congreso de los Diputados. Por su parte, Yamile Pérez Guilarte no percibe salario ni ejerce labores de consultoría, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá de su cargo académico.
