El debate sobre el acoso escolar en Canarias ha cobrado una nueva dimensión tras la revelación de que actualmente hay 47 casos de presunto acoso escolar en investigación. Este alarmante dato fue presentado ayer en el Parlamento de Canarias por la diputada no adscrita Marta Gómez durante la Comisión de Educación. La situación se agrava tras varios casos de suicidios de menores, lo que ha llevado a una mayor urgencia en la respuesta institucional.
En la misma sesión, el consejero de Educación, Poli Suárez, subrayó la necesidad de involucrar a las familias en la lucha contra el acoso escolar, señalando que muchas veces están «perdidas» respecto a la realidad que viven sus hijos. Gómez cuestionó al consejero sobre el plan de actuación que se implementa en las aulas canarias, enfatizando que, aunque los directores de los centros educativos consideran que el protocolo es adecuado, falta un elemento crucial: la figura de un psicólogo.
Medidas y protocolos en las aulas canarias
En respuesta a las preocupaciones planteadas, Suárez explicó que entre las medidas específicas para mejorar la convivencia escolar se contempla la participación coordinada de agentes educativos y otros profesionales, incluyendo psicólogos especializados. Además, se cuenta con coordinadores del bienestar y protección del alumnado, quienes han realizado encuentros para compartir experiencias y fortalecer su labor.
Desde el curso pasado, 402 centros educativos han puesto en marcha un plan para fomentar la convivencia positiva, basado en el diálogo y la resolución pacífica de conflictos. Este plan incluye el desarrollo de competencias emocionales en los estudiantes. También existen equipos dedicados a recoger demandas de ayuda y realizar labores de prevención con una atención «casi personalizada» desde la detección de un posible caso de acoso.
El papel crucial de las familias
Suárez insistió en que la formación en este ámbito debe incluir a las familias, que a menudo no conocen la realidad de sus hijos y requieren apoyo para entender y abordar la situación. «Es fundamental tender la mano a las familias para ayudarles a visibilizar lo que le ocurre a sus hijos», afirmó el consejero, reconociendo que a veces las respuestas llegan demasiado tarde.
El compromiso del Gobierno canario se manifiesta en un camino trazado por las consejerías de Educación, Bienestar Social y Sanidad, con el objetivo de ofrecer respuestas efectivas a los jóvenes afectados por el acoso escolar. La situación actual exige una atención coordinada y urgente para proteger a los menores y garantizar un entorno escolar seguro y saludable.
