Desde la llegada de Javier Milei a la presidencia de Argentina a finales de 2023, las relaciones entre Argentina e Israel han experimentado un notable aumento en su intensidad. El presidente ultraderechista ha manifestado un interés particular en el judaísmo, lo que ha influido en su política exterior. Aunque aún no ha completado su conversión, Milei ha sido visto en actos que reflejan su devoción, como su emotiva visita al Muro de los Lamentos en Jerusalén.
Milei ha rodeado su administración de figuras vinculadas a la comunidad judía, destacando la designación de su «rabino de cabecera», Axel Wahnish, como embajador en Israel. Este acercamiento a la comunidad judía ha tenido sus repercusiones, especialmente en el contexto del caso AMIA, que ha sido utilizado como una herramienta política para abordar las relaciones con Irán y Hezbollah.
La conmemoración del atentado a la AMIA
El 18 de julio de 2025, se conmemoró el 31 aniversario del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que dejó 85 muertos. Este evento ha sido tradicionalmente utilizado por las autoridades judías y el gobierno argentino para señalar la supuesta responsabilidad de Irán. Desde la asunción de Milei, esta narrativa se ha intensificado, posicionando al gobierno iraní como el principal culpable de los atentados que han marcado a la comunidad judía argentina.
Durante estas conmemoraciones, los discursos han enfatizado la conexión entre los ataques y el gobierno iraní, lo que ha llevado a un distanciamiento de Argentina hacia Irán y a una mayor alineación con los intereses de Israel. En este contexto, Milei ha sido criticado por su apoyo a políticas que son vistas como una justificación de las acciones de Israel en el conflicto palestino.
Fracasos diplomáticos y tensiones crecientes
El intento de Benjamin Netanyahu de visitar Buenos Aires en septiembre de 2025, como «residente de honor», fue cancelado debido a las protestas en Argentina y la posibilidad de ser detenido por crímenes de guerra. A pesar del apoyo de Milei, la presión social contra el gobierno israelí ha crecido, reflejando las divisiones en la sociedad argentina sobre el tratamiento de los palestinos.
Milei ha realizado dos visitas a Israel, consolidando su papel como aliado del gobierno israelí y anunciando su intención de trasladar la embajada argentina a Jerusalén en 2026. Este movimiento, anticipado en su campaña electoral, ha sido recibido con críticas por parte de aquellos que consideran que esto exacerba el sufrimiento de los palestinos y aleja a Argentina de su tradicional postura de mediación en conflictos internacionales.
La relación entre Argentina e Israel ha sido marcada por la manipulación de la narrativa del atentado a la AMIA, donde el papel de las instituciones judías ha sido fundamental. Las acusaciones de encubrimiento y manipulación de las investigaciones han surgido a lo largo de los años, afectando a figuras políticas y a la comunidad judía en general.
La cuestión del atentado a la AMIA refleja no solo las tensiones internacionales, sino también las complejidades internas de la política argentina. A medida que el gobierno de Milei continúa su acercamiento a Israel, la comunidad judía se encuentra en una posición complicada, atrapada entre sus lazos históricos y las realidades políticas contemporáneas que han convertido el caso AMIA en un arma política en el contexto del conflicto entre Israel y Palestina.