España se encuentra en una encrucijada económica marcada por el crecimiento, pero también por una crisis de vivienda que podría frenar su progreso. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras el país disfruta de un impulso económico gracias al turismo, las exportaciones y el empleo, se enfrenta a un grave problema de asequibilidad que afecta a los jóvenes y a la clase trabajadora. El director del Departamento Europeo del FMI, Alfred Kammer, ha señalado que “España y muchos otros países de Europa deben centrarse en la crisis de la vivienda y actuar”.
El informe del FMI, presentado el pasado viernes, destaca que la vivienda social financiada por los Gobiernos ha disminuido considerablemente en las últimas décadas, lo que ha lastrado el crecimiento económico. La crisis de vivienda no es solo un asunto social o urbanístico; se ha convertido en un freno a la productividad y al desarrollo futuro del país. En el segundo trimestre de 2025, el coste de la vivienda en España aumentó un 12,7% interanual, marcando el mayor incremento en casi dos décadas.
Un mercado de vivienda en crisis
La escasez de oferta asequible, combinada con la concentración de viviendas destinadas al alquiler vacacional, está creando un coctel explosivo. Según datos del Banco de España, el déficit habitacional en el país ronda las 700.000 viviendas. La construcción de nuevas viviendas no está al nivel requerido, y lo poco que se edifica no es accesible para la mayoría de la población. Mientras tanto, el FMI prevé un crecimiento del 2,9% para este año, más del doble que la media de la eurozona, que es del 1,2%.
La situación se agrava al observar que muchos jóvenes adultos no pueden emanciparse hasta pasados los 30 años. Esta desconexión entre los indicadores macroeconómicos y la realidad cotidiana erosiona la confianza social y mina la cohesión en la sociedad. El informe del FMI resalta que “no hay crecimiento sostenible si la población no puede permitirse vivir donde trabaja”.
Recomendaciones para un cambio estructural
El FMI sugiere medidas claras para abordar esta crisis: aumentar la vivienda pública, ofrecer incentivos a la construcción asequible y establecer políticas activas de empleo. Además, insta al Gobierno español a adelantar el ajuste fiscal para fortalecer la credibilidad financiera y reducir las tasas de interés, lo que podría impulsar la inversión privada. Kammer afirmó que este círculo virtuoso permitiría “generar confianza, atraer inversión y, en última instancia, consolidar el crecimiento”.
El aviso del FMI no solo se limita a España. Kammer también destacó que la deuda europea podría escalar hasta el 130% del PIB en 2040 si no se implementan reformas significativas. Las barreras comerciales internas, la falta de un mercado energético unificado y la lentitud en la toma de decisiones en Bruselas están limitando el potencial del continente. Para avanzar, propuso reformar los mecanismos de votación en la Unión Europea para actuar por mayoría y no por unanimidad.
La necesidad de abordar la crisis de la vivienda es urgente y se presenta como un tema de Estado. España se enfrenta a un dilema crucial: mantener el ritmo de crecimiento económico o apostar por un modelo más equilibrado y sostenible que garantice que todos los ciudadanos puedan acceder a una vivienda digna. La prosperidad del país no puede medirse solo en cifras; debe incluir el bienestar y la calidad de vida de su población.
