Un macroestudio pionero en España ha puesto de manifiesto la persistencia del estigma relacionado con la menstruación. Liderado por el Instituto Ingenio, un centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València (UPV), el análisis ha contado con la participación de más de 4 000 personas y ha revelado que 4 de cada 10 consideran la menstruación un tema aún tabú.
Los resultados, publicados en la revista International Journal for Equity in Health, indican que solo 6 de cada 10 participantes ven el tema de la menstruación con normalidad. Aunque las mujeres postmenopáusicas reportan una mayor aceptación social, las generaciones más jóvenes perciben que el estigma sigue presente.
La experiencia de la menarquía y sus efectos sociales
En el estudio, la vivencia de la primera menstruación se ha identificado como un momento clave. Muchas participantes describieron cómo esta experiencia se asocia con la sexualización y nuevas expectativas sociales, generando en ocasiones inseguridad y vulnerabilidad. Rocío Poveda, coautora del estudio, señala que “la menarquía no se vive solo como un cambio biológico, sino como un constructo social que marca el inicio de nuevas restricciones y miradas externas”.
El estudio también demuestra que recibir información clara y práctica durante la primera menstruación es fundamental para su normalización. Aquellas que recibieron este acompañamiento se sienten más cómodas hablando del tema en diferentes contextos. Además, las mujeres que conversan sobre menstruación con hombres tienden a ver el tema como más normalizado.
Sara Sánchez-López, investigadora principal del estudio, afirma que “los mayores avances se producen cuando se rompen los silencios de género. La capacidad de hablar de menstruación con hombres es un indicador clave de aceptación social y un paso decisivo para desactivar el tabú”.
La representación de la menstruación en los medios
El estudio también revela la escasa representación de la menstruación en medios de comunicación. Un 79 % de los encuestados afirmó que la menstruación no aparece o lo hace raramente en series y películas, mientras que un 73 % opinó lo mismo sobre los libros. Esta ausencia refuerza la invisibilidad del tema, lo que fue considerado un acto deliberado, especialmente en el caso de los reality shows.
La publicidad ha sido objeto de críticas por mostrar imágenes irreales de la menstruación, como líquidos azules o mujeres siempre radiantes y sonrientes. “Estas representaciones alimentan la idea de que la menstruación debe embellecerse o higienizarse para ser socialmente aceptable”, explica Sánchez-López.
El impacto del estigma menstrual no solo se limita a la percepción social, sino que también afecta la autoestima y el bienestar emocional de las mujeres. Un estudio previo del mismo equipo reveló que solo un 5 % de las encuestadas había recibido información práctica en la escuela sobre cómo manejar el sangrado. Ahora, el nuevo análisis muestra que las creencias negativas sobre la menstruación pueden ser utilizadas para desacreditar a las mujeres en su vida diaria.
Santiago Moll, coautor del estudio, destaca que “la menstruación se utiliza a veces para restar valor a las emociones o argumentos de las mujeres, generando estigmatización y conflictos interpersonales”. Sánchez-López también subraya que este estigma “limita la presencia de la menstruación en debates públicos y políticos, frena avances en la regulación y el acceso a productos menstruales, y perpetúa mitos por falta de información fiable”.
Este trabajo pone de relieve la urgencia de abordar el tema de la menstruación con seriedad para desestigmatizarlo y mejorar la calidad de vida de millones de mujeres en España.
