El Colegio San Agustín de Ceuta ha sido el escenario de un emotivo reencuentro de los alumnos de la promoción de Bachillerato 1985-1988 este sábado, marcando un hito significativo en sus vidas cuatro décadas después de finalizar su etapa educativa. Antiguos alumnos, en su mayoría pertenecientes a la quinta de 1971, han viajado desde diversas partes del mundo, incluyendo Corea del Sur y Estados Unidos, así como de ciudades españolas como Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga, Cádiz y Algeciras, para rememorar una etapa crucial en su formación personal y profesional.
El evento, que tuvo lugar en las instalaciones del colegio, reunió a profesionales de diversas áreas, entre ellos abogados, arquitectos, médicos, empresarios, músicos, periodistas y docentes, todos ellos con un fuerte vínculo con la institución y la ciudad que los vio crecer. Durante la jornada, se rindió homenaje a varios compañeros que han fallecido a lo largo de los años, destacando al doctor Juan Manuel González Muñoz y a los empresarios Pravin Sukhwani Bhojraj y Eduardo Azcoitia Viader.
Un acto cargado de emociones
La celebración estuvo marcada por un ambiente de nostalgia y gratitud hacia los Padres Agustinos, quienes jugaron un papel fundamental en la formación de estos estudiantes. El reencuentro permitió a los antiguos alumnos visitar el colegio y revivir momentos significativos de su juventud, evocando recuerdos de exámenes, risas y anécdotas compartidas.
Este reencuentro ha sido una oportunidad inesperada para fortalecer lazos y compartir impresiones sobre el camino recorrido desde aquellos años. Las conversaciones fluyeron con naturalidad, llenas de risas y reflexiones sobre cómo la educación recibida ha influido en sus trayectorias profesionales.
La importancia de recordar
Los reencuentros como el del pasado sábado son momentos muy esperados, ya que permiten revivir la etapa de la niñez y la juventud, un tiempo en el que las inquietudes eran principalmente académicas, pero que también estaba lleno de experiencias divertidas y aprendizajes valiosos. Este acto no solo conmemoró un aniversario, sino que también celebró la vida y los lazos que perduran a lo largo del tiempo.
Para todos los asistentes, el evento ha significado un cierre emocional a una etapa de sus vidas y un nuevo comienzo para fortalecer sus conexiones, reafirmando que, a pesar de la distancia y del tiempo, la esencia de su experiencia compartida sigue viva.