El Colegio de Arquitectos de Tenerife, La Gomera y El Hierro (COA) ha manifestado su firme oposición al derribo del antiguo silo de grano ubicado en el Puerto de Santa Cruz, el único que permanece en pie en todo el país. La Autoridad Portuaria ha iniciado el proceso de licitación para su demolición, con un presupuesto de 1,5 millones de euros, alegando que la construcción se encuentra obsoleta y deteriorada tras más de tres décadas de inactividad.
Según la decana del COA, María Nieves Febles, este silo representa una pieza singular de la arquitectura industrial moderna y un «hito del paisaje portuario» de la ciudad. La entidad propone la realización de una consulta pública que involucre a técnicos, agentes culturales y a la ciudadanía con el fin de evaluar el futuro de la edificación, resaltando su valor patrimonial y arquitectónico.
Defensa del patrimonio arquitectónico
La reunión programada para el 12 de noviembre entre la decana y representantes de la Autoridad Portuaria tiene como objetivo defender la conservación de este inmueble. Febles ha expresado su preocupación por la inminente demolición, señalando que su eliminación significaría perder un importante legado histórico. «Es fundamental abrir este proceso de consulta e instar a la Autoridad Portuaria a reflexionar sobre un nuevo posible uso de la instalación», ha afirmado.
El COA también destaca que el borrador del Catalogo de Protección del Patrimonio Cultural de Santa Cruz de Tenerife incluye la necesidad de proteger este «icono de la arquitectura tradicional moderna». Este documento se encuentra en fase de tramitación como herramienta de ordenación de la ciudad, lo que añade un contexto legal a la defensa del silo.
Propuestas de reutilización
La entidad propone que, en lugar de demolerlo, se contemple su reutilización, tal como se ha hecho en otros lugares del mundo. Ejemplos como la reconversión del silo de Kristiansand en Noruega, que ha sido transformado en un espacio cultural, demuestran que estas estructuras pueden adaptarse a nuevas funciones y ser un activo para la comunidad.
El COA menciona otros casos exitosos de reutilización en diversas ciudades, como el silo de Almagro en Ciudad Real, que se ha convertido en un centro cultural. Este enfoque podría revitalizar el espacio y ofrecer nuevas oportunidades a la ciudadanía, en lugar de perder una construcción con tanto valor histórico.
Por su parte, la Autoridad Portuaria defiende la decisión de demoler el silo, argumentando que no existe interés por parte de empresas del sector en recuperar su operatividad, y que la estructura se encuentra «extremadamente deteriorada». Sin embargo, el COA considera que la historia y el legado de la ciudad merecen una segunda oportunidad.
El resultado de esta controversia no solo determinará el futuro del silo de grano, sino que también planteará cuestiones más amplias sobre cómo se valora y gestiona el patrimonio arquitectónico en un contexto urbano en evolución. La comunidad espera que la consulta pública propuesta por el COA permita tomar una decisión informada y en beneficio del interés general.
