Este domingo, 9 de noviembre, el Muelle Viejo de Agaete se convirtió en el escenario de una masiva concentración en solidaridad con el pueblo palestino. Decenas de personas se reunieron para expresar su rechazo al genocidio que el gobierno de Israel continúa perpetrando sobre la población de Gaza y otros territorios ocupados. El acto tuvo como objetivo visibilizar la grave situación humanitaria que atraviesa la región, caracterizada por un elevado número de víctimas y la devastación de infraestructuras esenciales.
Denuncias y exigencias de los manifestantes
Durante la concentración, se leyó un manifiesto en el que se denunciaron las cifras alarmantes de la ofensiva israelí, que ha dejado decenas de miles de muertos, en su mayoría mujeres y niños. Además, se subrayó la destrucción masiva de hogares, hospitales, escuelas y servicios básicos, lo que agrava aún más la crisis humanitaria en la zona.
Los asistentes también mostraron su indignación ante la impunidad internacional y la inacción de los gobiernos, que a menudo mantienen una complicidad política y económica con el régimen de ocupación. En este contexto, se cuestionó la efectividad del supuesto alto el fuego promovido por el gobierno ultraderechista de Estados Unidos, al considerarlo una «cortina de humo» que distrae de la tragedia real y permite a Israel reorganizar su ofensiva.
Demandas de paz y justicia
Desde Agaete, los manifestantes exigieron un alto el fuego inmediato y permanente, así como el cumplimiento de las resoluciones internacionales y del derecho internacional humanitario. Entre sus reclamaciones, se incluyó la imposición de sanciones políticas y económicas que obliguen a Israel a detener sus acciones, el fin de la ocupación, y el reconocimiento del derecho del pueblo palestino a vivir en paz, dignidad y libertad.
La concentración no solo fue un acto de protesta, sino también una manifestación de creación colectiva y compromiso, donde arte y palabra se unieron para romper el silencio ante el sufrimiento del pueblo palestino. Los organizadores enfatizaron que la indiferencia también es una forma de violencia y que la defensa de los derechos humanos es una responsabilidad compartida.
