La localidad de Canet ha sido escenario del Congreso de Turismo Sostenible – Lab de Innovación Turística, donde se han abordado las claves para una gestión turística efectiva y responsable. Durante la clausura del evento, se destacó que «los ciudadanos no pueden ser parques temáticos», subrayando la importancia de priorizar la sostenibilidad en cualquier estrategia turística.
Uno de los puntos centrales discutidos fue la afirmación de que «para ser un destino turístico, primero hay que ser un municipio sostenible». El alcalde de Canet, Pere Antoni, explicó que el congreso ha permitido identificar tres grandes escenarios para el futuro del turismo en la región. El primero consiste en recuperar espacios naturales y valorar la historia local. El segundo se centra en la creación de nuevos focos de atracción mediante eventos deportivos, culturales y gastronómicos que ayuden a desestacionalizar el turismo. Por último, el tercer escenario aborda la gestión de la saturación turística, un problema que surge cuando el éxito de un destino exige redistribuir los flujos de visitantes.
Un enfoque innovador para la regeneración costera
En el foro, Pere Antoni presentó un innovador proyecto de regeneración de la playa de Canet, que incorporará un sistema de boyas diseñado para monitorizar el fondo marino y prevenir la erosión de la arena provocada por las olas. Esta iniciativa se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio por transformar Canet en un destino turístico sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
En su discurso de cierre, el alcalde enfatizó que “este congreso ha demostrado que los grandes cambios no nacen de la improvisación, sino del diálogo, del trabajo conjunto y de la voluntad de mejorar cada día”. Esta declaración resuena con las preocupaciones actuales sobre la planificación y gestión del turismo en España.
La importancia de un relato urbano coherente
Antoni García Celda, director general de Capitalidad Verde Europea, también participó en el congreso, donde abordó las ventajas de que Canet haya recibido reconocimientos internacionales como «mejor ciudad del mundo» y «mejor ciudad para jubilarse». García Celda manifestó que estos galardones pueden convertir a Canet en un polo de atracción turística, pero advirtió que «no hay que olvidar que en esa ciudad vive gente».
El director abogó por «mantener el relato de ciudad» y aseguró que las políticas turísticas deben alinearse con este relato, en lugar de ser tratadas como un fin en sí mismas. “Hay que ver la ciudad como relato, no solo como ciudad turística, y garantizar que sea verde, social y económicamente justa”, añadió, insistiendo en que estas acciones deben permanecer ajenas a la confrontación política.
Entre las conclusiones más relevantes del congreso se destacó la necesidad de que las ciudades sean sostenibles, recordando que «los turistas ya vendrán, y tendrán que ser parte de esa sostenibilidad». Se enfatizó que la masificación está en contra de los principios de sostenibilidad y que, si el turismo genera más problemas que beneficios, su impacto será negativo.
A pesar de los desafíos, las conclusiones finales del evento fueron optimistas; se afirmó que «el turismo seguirá siendo uno de los motores económicos de España, y las distintas experiencias presentadas en el congreso reflejan que hay muchas ideas que se pueden aplicar y que están dando excelentes resultados», según los organizadores del evento. Esta visión positiva es fundamental para el futuro del sector en la región y apunta a un camino hacia un turismo más responsable y sostenible.
