La localidad de Villablino se viste de luto para despedir a Anilso Soares de Brito, un minero de 42 años que perdió la vida en un accidente en la mina de Cangas del Narcea. En una fría y lluviosa tarde del 23 de noviembre de 2025, las calles de Caboalles de Abajo se convirtieron en un escenario de duelo, recordando la trágica realidad que enfrenta la comunidad minera.
El emotivo funeral, que reunió a familiares, amigos y compañeros de Anilso, tuvo lugar en un ambiente de profunda tristeza. Anilso, quien emigró desde Cabo Verde y estableció su vida en Villablino, deja atrás una familia devastada por el dolor. Junto a su féretro, los asistentes compartieron lágrimas y recuerdos, reiterando la conexión que une a esta comunidad con su historia minera.
Un adiós compartido por la comunidad
El funeral de Anilso fue el segundo en menos de una semana, tras la muerte de Óscar Díaz, un minero de 32 años originario de Cangas del Narcea. La cercanía de ambas tragedias resuena en el corazón de los habitantes de la comarca, que han visto cómo la mina sigue cobrando vidas. Las autoridades, encabezadas por el alcalde de Villablino, Mario Rivas, y el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, estuvieron presentes para ofrecer su apoyo a las familias afectadas.
Durante el acto, Rivas expresó su profunda emoción y solidaridad con los seres queridos de los fallecidos, subrayando la necesidad de recordar que «la mina sigue matando». Este mensaje resonó entre los presentes, quienes se sienten parte de una comunidad unida en el dolor y la lucha.
El clamor por respuestas y un futuro mejor
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, también se pronunció durante el funeral, enfatizando la urgencia de esclarecer las circunstancias que llevaron a estas tragedias. «Queremos generar para el futuro noticias más agradables y positivas», afirmó, mientras la comarca de Laciana se enfrenta a un año devastador debido a la minería.
La imagen del ataúd recorriendo las calles de Villablino evoca recuerdos de otros funerales recientes, como el de cuatro mineros que murieron en marzo durante la tragedia de la mina de Cerredo. Este ciclo de tragedias pone de relieve la precariedad y el riesgo que enfrentan los trabajadores en este sector, un tema que necesita urgentemente atención y acción.
La comunidad de Villablino, así como la de Cangas del Narcea, permanecerán unidas en el luto y la memoria de aquellos que han perdido la vida en la mina, mientras esperan un futuro más seguro y esperanzador para sus mineros.
