La diputada general de Álava, Mendoza, ha resaltado el notable aislamiento de EH Bildu en las Juntas Generales tras el reciente acuerdo presupuestario establecido entre el Gobierno foral y Podemos. Este pacto es visto como una clara demostración de la capacidad del ejecutivo foral para negociar tanto a la izquierda como a la derecha, algo que Mendoza considera fundamental en el actual panorama político.
El acuerdo, que busca asegurar la estabilidad y el desarrollo económico de la región, ha sido respaldado por el socialista Asensio, quien también ha enfatizado la importancia de un gobierno que actúe de manera centrada en este contexto de incertidumbre. Ambos líderes han coincidido en que la coalición soberanista se encuentra inmersa en un «cálculo electoral» que no favorece su posición en las instituciones.
El contexto del acuerdo presupuestario
El pacto entre el Gobierno foral y Podemos se produce en un momento en que las relaciones políticas en la comunidad autónoma son especialmente tensas. La importancia de este acuerdo radica no solo en el impacto inmediato de las medidas económicas que se implementarán, sino también en la señal que envía a otros partidos políticos sobre la capacidad de colaboración en temas cruciales.
Mendoza ha expresado que el acuerdo es un paso necesario para garantizar la cohesión social y económica de la región, argumentando que se trata de un esfuerzo por construir un futuro más estable. En contraste, EH Bildu ha criticado la falta de diálogo y la exclusión que, según ellos, ha caracterizado las negociaciones.
Reacciones de los partidos políticos
La respuesta de EH Bildu a estas afirmaciones ha sido contundente, señalando que el pacto entre el Gobierno y Podemos no responde a las necesidades reales de la ciudadanía. Desde su perspectiva, el acuerdo es más un movimiento estratégico que una solución efectiva a los problemas que enfrenta la región.
Por otro lado, tanto Mendoza como Asensio han instado a la oposición a reconsiderar su postura y a colaborar en beneficio de la comunidad, argumentando que la política debe ser un espacio para el consenso y no para el enfrentamiento. Este enfoque, según ellos, es clave para avanzar en la agenda política y económica del País Vasco.
En resumen, el reciente acuerdo presupuestario ha puesto de manifiesto las divisiones en el panorama político vasco, así como el desafío que enfrenta EH Bildu en un contexto donde su influencia parece estar en declive. La capacidad del Gobierno foral para establecer alianzas y avanzar en su programa dependerá de su habilidad para gestionar estas tensiones y buscar un diálogo constructivo.
