El conflicto comercial entre España y Estados Unidos, provocado por la imposición de aranceles por parte de la administración de Donald Trump, continúa afectando severamente las exportaciones españolas. En mayo, las ventas al país norteamericano se hundieron un 14,4%, marcando así el segundo mes consecutivo de retroceso tras el 13,8% registrado en abril.
Según los datos publicados por la Secretaría de Estado de Comercio, las exportaciones totales españolas crecieron un 0,8% en mayo, alcanzando los 34.999,5 millones de euros. Esta diversificación de mercados pone de manifiesto que las empresas están buscando alternativas a EE.UU., con un notable incremento de las ventas hacia la Unión Europea, que aumentaron un 6,7% interanual.
Impacto en el comercio y en las comunidades autónomas
Las importaciones españolas también reflejan cambios significativos, con un total de 37.542,3 millones de euros en mayo, un 1,3% más que en el mismo mes del año anterior. Este crecimiento se debe, en parte, a que numerosos países europeos han aumentado sus exportaciones a España, compensando así la pérdida de ventas hacia EE.UU. Un ejemplo claro es el de China, que vio un aumento del 11,6% en sus exportaciones a España, mientras que Japón incrementó sus ventas en un asombroso 23%.
El impacto de la guerra comercial varía según la comunidad autónoma. Galicia fue la más afectada, con una caída del 52% en sus exportaciones a EE.UU., seguida de Andalucía (-40,9%) y Cantabria (-39,6%). En contraposición, comunidades como Cataluña apenas experimentaron un descenso del 3,3%, e incluso la Comunidad Valenciana vio un leve incremento del 0,1%.
Reacciones y preocupaciones económicas
La situación ha suscitado preocupación entre los economistas. Un reciente informe del Consejo General de Economistas revela que el 72% de los encuestados teme que la política arancelaria de EE.UU. tenga consecuencias negativas para el sector exterior español. Esta guerra comercial ha pasado a ser una de las principales razones por las que el 56,4% de los profesionales prevén un deterioro de la economía española en el segundo semestre de 2024.
Además, la Alianza para la excelencia turística (Exceltur) ha informado de una moderación en el crecimiento de turistas procedentes de Alemania y Francia, lo que podría afectar el gasto de los hogares en España, que buscan destinos más cercanos. Este panorama, sumado a la caída de las exportaciones en otros sectores, genera una sensación de estancamiento y deterioro del consumo.
En conclusión, la guerra comercial no solo está transformando el comercio exterior español, sino que también plantea serias dudas sobre el futuro económico del país. La presión de EE.UU. podría intensificarse si se reanuda la imposición de aranceles adicionales a partir del 1 de agosto de 2024, lo que obligará a las empresas a adaptarse rápidamente a un entorno comercial cambiante.
