En Cantabria, el fenómeno migratorio ha cobrado una relevancia sin precedentes en los últimos años. Según un informe de la Fundación Adecco, se prevé que la región reciba entre 2026 y 2035 a un total de 36.620 personas extranjeras, un alivio ante la inminente jubilación de 66.400 trabajadores en la próxima década, un desafío que se agrava al contabilizar solo 18.686 jóvenes de entre 6 y 15 años.
El pasado abril, Cantabria alcanzó un récord histórico al registrar más de 19.500 inmigrantes con contrato laboral, superando cifras anteriores y marcando un aumento significativo en comparación con los 12.473 contabilizados antes de la pandemia en 2019.
Un crecimiento sin precedentes
Desde entonces, la tendencia ha sido al alza, alcanzando en julio la cifra de 21.550 inmigrantes. Este crecimiento refleja un ritmo de llegada constante, especialmente de países fuera de la Unión Europea, donde el número de extranjeros se ha duplicado desde 2022, pasando de 8.234 a 16.163.
La llegada de ciudadanos de Ucrania también ha tenido un papel destacado en este crecimiento, con un incremento de 314 a 642 personas desde el inicio del conflicto bélico.
Colombianos y rumanos dominan la migración
En cuanto a la nacionalidad de los inmigrantes, los colombianos lideran la lista, con 3.223 registros en el Empleo de Cantabria, desplazando a los rumanos, que ocupan actualmente la segunda posición con 2.644 personas. La tercera posición corresponde a los peruanos, con 2.157 afiliados, seguidos de los venezolanos, que han visto un notable aumento desde 2009.
Este cambio en la demografía laboral de Cantabria plantea importantes retos y oportunidades, ya que la región se prepara para afrontar la jubilación masiva de su población activa mientras se beneficia de la llegada de nuevos trabajadores. Con el crecimiento sostenido de la migración, es esencial que se implementen políticas que faciliten la integración de estos nuevos ciudadanos en el mercado laboral y en la sociedad cántabra.
