La Fundación Vila Casas ha despedido a su segundo tesorero en menos de 40 días, un movimiento que intensifica la crisis interna de esta entidad filantrópica, fundada por el empresario farmacéutico Antoni Vila-Casas. La organización ha confirmado oficialmente que se encuentra «revisando necesidades», aunque exmiembros del patronato han expresado su preocupación por una supuesta «purga interna» liderada por la actual directora general interina, Montserrat Viladomiu.
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La Fundación Vila Casas ha sufrido un cambio significativo en su dirección financiera, al despedir a la persona responsable de las finanzas la semana pasada. Este despido se produce tras la salida de Joan Torras, quien ocupaba el cargo de tesorero y director general hasta junio. Fuentes cercanas a la Fundación han indicado que este tipo de decisiones son parte de un proceso de reestructuración, aunque algunos expatronos ven en ello una estrategia para alinear la Fundación con intereses personales de Viladomiu, quienes consideran que su enfoque es más médico que artístico.
Desvinculaciones y cambios de rumbo
La reciente desvinculación de la Fundación Vila Casas de ARCO, la feria internacional de arte que se celebra en Madrid, ha intensificado las dudas sobre su futuro. Este acto unilateral se interpreta como un paso más en la reconfiguración de la entidad, que también está reconsiderando su expansión internacional, previamente diseñada por el equipo anterior a Viladomiu. Los exmiembros del patronato han afirmado que la actual administración está llevando a cabo una «purga interna», con el objetivo de establecer un equipo más acorde a sus propios intereses.
El impacto de estos cambios ha suscitado preocupaciones sobre la sostenibilidad de la Fundación. La situación se agrava con el descubrimiento de que algunos de los patronos actuales, como Miquel Vilardell y Glòria Bosch, han recibido compensaciones opacas, lo que ha llevado a temores de una posible descapitalización similar a la que se experimentó en la Fundación Cellex, vinculada al empresario químico Pere Mir.
Un golpe de fuerza en la dirección
En el contexto de estos cambios, los movimientos recientes pueden interpretarse como un «golpe de estado» en la gobernanza de la Fundación. La llegada de Marco Gay, esposo de Viladomiu, y del banquero Tono Roselló, primo político de la directora, ha generado inquietud entre aquellos que temen que la Fundación se desvíe de su misión original. La salida de Torras y otros miembros clave ha sido vista como un intento de consolidar el poder y redirigir la Fundación hacia objetivos que, según críticos, no se alinean con su propósito artístico.
La Fundación Vila Casas se encuentra en un momento crucial, y la dirección que tome en los próximos meses determinará su futuro y su relevancia en el ámbito del arte contemporáneo en España. Los próximos pasos de la directora general interina serán observados de cerca por el sector, que espera que la Fundación pueda recuperar su rumbo y cumplir su misión de mecenazgo artístico.
