La economía argentina atraviesa una nueva crisis marcada por la creciente inestabilidad del dólar y las decisiones del gobierno de Javier Milei, que han sido objeto de críticas. En julio, el dólar oficial minorista experimentó un aumento del 14 %, alcanzando un valor de $1.376, lo que refleja la preocupación de los analistas sobre la gestión económica del país.
El rol del FMI y las decisiones erróneas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido señalado como un actor clave en el proceso de vaciamiento de la economía argentina. Según datos de J.P. Morgan, el 30 de junio se recomendó a los inversores dolarizar sus carteras, un consejo que resultó en ganancias para quienes lo siguieron. La pregunta que surge es si esta recomendación fue una acertada previsión de la situación o si, por el contrario, contribuyó a la escalada del dólar. Mientras tanto, Milei había afirmado en febrero que el dólar podría bajar a $600, lo que contrasta con la realidad actual.
Analistas del sector económico, como el exministro Domingo Cavallo, critican la “mala praxis” del equipo de Milei en la gestión de las Letras de Financiamiento del Tesoro (LEFI), un instrumento creado para transferir pasivos del Banco Central al Tesoro. Esto ha llevado a cuestionar si realmente se trató de una falta de aciertos o si el equipo económico estaba alineado con las expectativas del FMI.
Ajustes y consecuencias económicas
El directorio del FMI aprobó el 31 de julio la primera revisión del acuerdo, otorgando un “waiver” al gobierno por no haber cumplido con las metas de acumulación de reservas, un hecho que evidencia la falta de cumplimiento de lo pactado. Esta situación no es nueva; en crisis anteriores, como las de 2001 o bajo la presidencia de Macri en 2018, se han visto situaciones similares donde los dólares prestados se han evaporado rápidamente.
Desde la firma del acuerdo, más de 12 mil millones de dólares han salido del país, en parte debido a la fuga de capitales y al turismo. Este récord de salida de divisas durante el segundo trimestre es el más significativo en los últimos 22 años, lo que plantea serias dudas sobre la efectividad de los programas del FMI.
A pesar de la reciente estabilización en el “pass through” de la inflación, que se ha visto limitado por la desaceleración económica, se anticipan nuevas subidas de precios en sectores clave como la automoción y la alimentación. La presión sobre el dólar sigue aumentando, y las medidas de ajuste, como el incremento de las tasas de interés, solo agravan la situación económica al encarecer el crédito.
La próxima inyección de 2.000 millones de dólares por parte del FMI podría ofrecer una breve calma, pero no resuelve las profundas contradicciones que enfrenta el gobierno de Milei, que, según algunos analistas, está llevando al país hacia una nueva estafa piramidal económica. La historia se repite, y la incertidumbre en el horizonte no parece dar tregua a Argentina.
