Indra ha registrado un notable incremento en su valor en bolsa este lunes, con una subida del 5% que ha llevado su cotización a 48,18 euros por acción, alcanzando así máximos históricos. Este repunte se produce en un contexto de movimientos significativos en su estructura de capital, destacando la reciente elevación de la participación del banco suizo UBS hasta el 5,8%, desde el 5,2% anterior. Esta participación se distribuye entre acciones y instrumentos financieros, tal y como se detalla en los documentos presentados ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
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Además, la firma Davidson Kempner Capital Management ha declarado el control sobre el 1,013% del capital de Indra a través de instrumentos financieros, respaldando su fondo Davidson Kempner Multi-Strategy Master Fund. Estos movimientos reflejan un amplio interés de inversores en la compañía, que ahora cuenta con un capital diversificado entre varios accionistas relevantes.
Composición actual del capital de Indra
El principal accionista de Indra es el Gobierno español, que, a través de la SEPI, controla el 25,159% del capital. En segundo lugar se encuentra el Grupo Escribano (EM&E Group), que posee el 14,3% y está en negociaciones para una integración total en Indra. Es importante señalar que el presidente de Indra, Ángel Escribano, es copropietario de EM&E, lo que añade una capa de complejidad a la estructura de propiedad.
Por otro lado, el conglomerado vasco de armamento SAPA Plasencia mantiene el control sobre el 7,94% del capital. Otro inversor destacado es Joseph Oughourlian, presidente de Prisa y del fondo Amber Capital, quien posee un 6,23% del capital de Indra. Esta serie de movimientos subraya la creciente atención sobre la compañía y su potencial en el mercado.
Otras participaciones significativas
Además de los accionistas mencionados, varias firmas de inversión y bancos internacionales han declarado participaciones relevantes en Indra. Entre ellos se encuentran Goldman Sachs con un 5,4%, ING que posee 5,179% y D. E. Shaw con un 3,5%. Este panorama de inversores sugiere un fuerte respaldo institucional que podría influir en la dirección futura de la empresa.
La combinación de estos factores ha permitido a Indra no solo alcanzar nuevos máximos históricos, sino también consolidar su posición como un actor clave en el sector tecnológico y de defensa, lo que podría abrir nuevas oportunidades en el ámbito de la innovación y la inversión a largo plazo.
