La Unión Europea se enfrenta a una serie de obstáculos en su intento por consolidarse en la industria de los semiconductores, un sector clave en su estrategia de reindustrialización. A pesar de haber comprometido miles de millones de euros para potenciar el desarrollo de esta industria, una reciente auditoría del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) indica que la falta de hitos claros y financiación comprometida ha puesto en duda la efectividad del plan.
El plan europeo para aumentar su cuota de mercado global de semiconductores del 10% al 20% para 2030 parece haber encontrado serias dificultades. Aunque se anunciaron inversiones millonarias en 2024, el TCE revela que la estrategia carece de una evaluación de impacto adecuada, lo que dificulta determinar si se están atendiendo las necesidades del sector.
Inversiones y alianzas en la industria
Desde la entrada en vigor de la Ley Europea de Chips en septiembre de 2023, se han identificado posibles flujos de financiación pública y privada por un mínimo de 43.000 millones de euros, con un total estimado de 86.000 millones de euros en inversiones. No obstante, la Comisión Europea ha reconocido que la estrategia actual ha logrado avances, pero también presenta debilidades en su ejecución y monitoreo.
La reciente asociación público-privada InvestAI busca movilizar 200.000 millones de euros para empresas vinculadas a la inteligencia artificial, lo que podría proporcionar un respiro al sector. A pesar de estas iniciativas, los expertos advierten que la participación de la UE en la cadena de valor del mercado global para 2030 podría ser solo del 11,7%, lejos del objetivo ambicioso del 20%.
Los principales fabricantes de semiconductores a nivel global han presupuestado 425.000 millones de dólares (405.000 millones de euros) en inversiones entre 2020 y 2023, de los cuales solo TSMC tiene planes significativos de inversión en Europa. La reciente firma de un acuerdo comercial entre Europa y Estados Unidos, que incluye la compra de semiconductores por 40.000 millones de euros, también podría complicar la situación, ya que se aplicarán aranceles a muchos productos de la UE, incluidos los chips.
Riesgos y oportunidades en el horizonte
La concentración de la producción de semiconductores en Asia, especialmente en Taiwán y Corea del Sur, sigue siendo un punto crítico. Se estima que TSMC produce el 90% de los chips informáticos más avanzados del mundo. Las tensiones geopolíticas, particularmente en Taiwán, representan un riesgo significativo para la cadena de suministro de semiconductores, lo que podría afectar la disponibilidad global de estos componentes esenciales.
A pesar de estos retos, expertos como Chiara Malaponti, coordinadora del Programa de Geoeconomía en el think tank ECFR, sugieren que Europa debe aprovechar sus fortalezas, como la producción de maquinaria crítica por parte de ASML y Zeiss, para competir en el mercado global. Además, la colaboración con Estados Unidos podría ser clave para contrarrestar el avance de China en el sector.
La industria de los semiconductores ha demostrado su importancia en la economía global, y la Unión Europea está intentando posicionarse estratégicamente. En 2024, se anticipó un crecimiento del 19% en este sector, alcanzando ventas de 627.000 millones de dólares a nivel global, según Deloitte. Sin embargo, para mantener este crecimiento, la UE deberá abordar las preocupaciones sobre la financiación y la coordinación entre sus Estados miembros.
La situación actual revela que, aunque Europa tiene el potencial para ser un actor relevante en la industria de semiconductores, necesitará claridad en sus objetivos y un enfoque colaborativo para superar los desafíos que enfrenta en el panorama competitivo actual.
