El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido no llevar a cabo un nuevo recorte de los tipos de interés, manteniéndolos en el 2% tras haber realizado ocho reducciones desde el 4% en junio de 2024. Esta medida responde a la necesidad de evaluar el impacto de la guerra comercial en el crecimiento económico de la zona euro antes de continuar con el ciclo de abaratamiento de hipotecas y préstamos.
En las últimas semanas, varios miembros del consejo de gobierno del BCE, incluyendo a la representante de Alemania, Isabel Schnabel, han expresado que el umbral para un nuevo recorte es elevado. «El listón para un nuevo recorte de tipos es muy alto», declaró Schnabel recientemente. Por lo tanto, se anticipa que la reunión del consejo de gobierno, que incluye a Christine Lagarde y al vicepresidente Luis de Guindos, mantendrá los tipos en el 2%.
Un contexto de incertidumbre económica
El pasado junio, el Euríbor se estabilizó en el 2,08% de media, rompiendo una racha de catorce meses de descensos. Según analistas, este índice, que refleja el coste del dinero entre bancos, podría anticipar futuras decisiones del BCE. A pesar de la pausa en los recortes, la jefa de renta fija de Ibercaja, Cristina Gavín, considera que es probable que asistamos a una bajada adicional antes de final de año, proyectando un tipo de interés de referencia del 1,75% para el cierre de 2025.
Los recientes acontecimientos han intensificado los riesgos económicos, especialmente en Alemania y Francia. Sin embargo, los expertos como Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa, sostienen que el BCE está bien posicionado para enfrentar la incertidumbre. Este escepticismo se traduce en la decisión de actuar reunión a reunión sin comprometerse anticipadamente.
Revisión de la política monetaria
Desde el 2022, el BCE ha ajustado su política monetaria, elevando los tipos hasta el 4% para controlar la inflación, provocada mayormente por los precios de la energía tras la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, a medida que la inflación se ha moderado, la institución está ahora reconsiderando su enfoque, creando un nuevo ciclo acomodaticio. Este cambio se produce en un contexto de desaceleración económica y necesidades urgentes de inversión en áreas como defensa y transición energética.
El director de estudios económicos del IESEG, Eric Dor, ha señalado que la tendencia desinflacionaria en la eurozona depende de la estabilización de los precios de la energía. Además, la apreciación del euro frente al dólar, que ha aumentado casi un 12% desde principios de año, está influyendo en las decisiones del BCE al encarecer las exportaciones de la zona euro y, por ende, afectar la economía regional.
En conclusión, la incertidumbre respecto a los aranceles que aplicará Estados Unidos a las importaciones de bienes europeos, cuyo anuncio se espera para el 1 de agosto, podría llevar al BCE a esperar hasta septiembre para tomar decisiones adicionales. La combinación de factores económicos globales y locales continúa influyendo en la política monetaria de la eurozona, donde las expectativas de un nuevo recorte de tipos no se descartan antes de final de año.
