El Banco de Japón (BoJ) ha tomado una decisión trascendental al elevar los tipos de interés en su última reunión del año, alcanzando el 0,75%, un nivel que no se veía desde hace 30 años. Esta subida de 25 puntos básicos forma parte del proceso de normalización que el banco central inició el año pasado, después de haber mantenido los tipos negativos desde 2016, convirtiendo a Japón en el último bastión de esta política.
En su declaración, el BoJ ha manifestado su expectativa de que los tipos de interés reales continúen «significativamente negativos». A pesar de esta medida, las condiciones financieras acomodaticias están impulsando la actividad económica del país. La inflación ha superado el objetivo del 2% del banco durante 44 meses consecutivos, y el reciente informe sobre el crecimiento de precios del 2,9% en noviembre refuerza la posibilidad de futuras subidas de tipos.
Inflación y proyecciones económicas
En noviembre, la tasa que excluye los precios de los alimentos frescos se mantuvo en 3%, alineándose con las expectativas de los analistas. Por otro lado, la inflación subyacente, que no considera los precios de los alimentos ni de la energía, descendió ligeramente del 3,1% al 3%. El BoJ anticipa que esta tasa se desacelerará por debajo del 2% entre abril y septiembre de 2026, debido a un aumento más lento en los precios de los alimentos y a medidas gubernamentales para mitigar el encarecimiento.
Sin embargo, el organismo dirigido por Kazuo Ueda ha sido claro en que seguirá de cerca la evolución tanto de los precios como de la economía. Varios analistas han expresado su preocupación, advirtiendo que el incremento de los tipos podría agravar la recesión en Japón, especialmente tras conocerse que el PIB se contrajo un 0,6% intertrimestral y un 2,3% anualizado en el tercer trimestre.
Impacto en los mercados y previsiones futuras
Tras la decisión del BoJ, el rendimiento de los bonos del gobierno a 10 años ha aumentado al 2,019%, mientras que los bonos a 20 años han llegado al 2,975%, alcanzando máximos no vistos desde 1999. Esto podría traducirse en mayores costes de financiación para Japón, que ya presenta la relación deuda/PIB más alta del mundo, cercana al 230%, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El yen también ha sufrido un debilitamiento, cotizando a 155,92 frente al dólar tras el anuncio. Las proyecciones actuales sugieren que el BoJ podría continuar aumentando los tipos de interés a lo largo de 2026, con una posible elevación hasta un tipo terminal del 1% en la mitad del año. No obstante, Ueda ha señalado que es complejo estimar este tipo terminal, ya que el banco central lo fija en un rango entre el 1% y el 2,5%.
