En Castilla y León, el 29,7% de las farmacias se benefician del Índice Corrector de Márgenes (ICM), un mecanismo que garantiza su viabilidad económica en zonas rurales y despobladas. Este dato, revelado por las últimas Estadísticas de Colegiados y Farmacias Comunitarias, subraya la importancia de estas ayudas en el sostenimiento del sector farmacéutico en la comunidad, donde una de cada cuatro farmacias de Zamora depende de este apoyo para continuar operando.
La situación es particularmente crítica en provincias como Soria, Zamora y Segovia, donde los porcentajes de farmacias beneficiarias superan claramente la media autonómica del 12,5%. En Zamora, el 23,1% de las farmacias, que equivale a 37 establecimientos, recibe estas ayudas, lo que refleja el papel esencial que desempeñan en la estructura social y sanitaria de estos municipios en riesgo de despoblación.
El impacto del ICM en las zonas rurales
El Índice Corrector de Márgenes permite a las farmacias ubicadas en localidades con menos de 1 500 habitantes recibir márgenes adicionales, lo que es crucial para garantizar el acceso a la atención farmacéutica. Según los datos disponibles, en Soria, el porcentaje de farmacias que reciben estas ayudas alcanza el 27,4%, seguido por Zamora y Segovia con el 23,1% y 17,3% respectivamente. Estas cifras destacan cómo el ICM se ha convertido en un pilar fundamental para el sistema farmacéutico en la comunidad.
Además, el informe indica que a cierre de 2024, Castilla y León contaba con 1 597 farmacias comunitarias, representando el 7,2% del total nacional. De estas, el 66% se encuentran fuera de las capitales de provincia, lo que resalta el papel del farmacéutico como agente de referencia en el medio rural. Con una media de 1 498 habitantes por farmacia, la comunidad presenta una ratio significativamente inferior a la media nacional, que es de 2 178 habitantes por cada farmacia.
Desigualdades entre provincias
Las cifras de farmacias beneficiarias varían notablemente entre provincias. En Palencia, solo el 5,2% de los establecimientos recibe ayudas, mientras que en Burgos y Valladolid, los porcentajes son de 6,6% y 8,6% respectivamente. En contraste, provincias como León, donde el 9% de las farmacias son beneficiarias, también reflejan una disparidad en el acceso a estos recursos.
La importancia de estas farmacias en la vida cotidiana de los ciudadanos en las zonas rurales es innegable. No solo ofrecen servicios farmacéuticos, sino que también cumplen una función social esencial, contribuyendo al bienestar de las comunidades más vulnerables.
Con tres de cada cuatro farmacéuticos en Castilla y León siendo mujeres, el sector farmacéutico no solo es un pilar en la salud pública, sino que también representa un ámbito laboral vital para la igualdad de género en la región. La sostenibilidad de las farmacias en zonas rurales es, por lo tanto, un reto que exige atención y apoyo continuo por parte de las instituciones.
