La comunidad del rugby neozelandés se encuentra de luto tras el fallecimiento de Shane Christie, exjugador de los Maori All Blacks, a los 39 años. Christie fue encontrado muerto en su domicilio en Nelson el pasado martes, según confirmaron las autoridades locales.
Christie había estado pidiendo que se investigaran los efectos de las conmociones cerebrales y su posible relación con trastornos cerebrales degenerativos, tras sufrir severos síntomas a lo largo de su carrera. La policía local ha emitido un informe en el que se señala que la causa de la muerte está bajo investigación y será remitida al forense. Varios medios locales, incluido el New Zealand Herald, han indicado que se investiga como un “presunto suicidio”.
Impacto en la comunidad del rugby
New Zealand Rugby ha expresado su “profunda tristeza” ante la muerte de Christie en un comunicado. En este se menciona que el exrugbier era un apasionado del entrenamiento y desempeñaba funciones de entrenador en el Tasman, tanto en el equipo femenino como en el masculino, así como en los Highlanders. “Cada vez que la comunidad del rugby pierde a uno de sus miembros, se siente profundamente”, reza el mensaje oficial.
Durante su carrera, Christie disputó un total de 29 partidos con los Highlanders entre 2014 y 2017, y también fue entrenador defensivo del equipo entre 2021 y 2022. Además, jugó 73 encuentros con Tasman en el NPC, de 2010 a 2016, y participó en ocho partidos con los Maori All Blacks, entre 2012 y 2016.
La muerte de Shane Christie resalta la creciente preocupación por la salud mental y los efectos a largo plazo de las lesiones en el deporte, un tema que ha cobrado relevancia en los últimos años. Su legado y su lucha por la concienciación sobre la salud cerebral perdurarán en la memoria de quienes lo conocieron y de la comunidad del rugby en general.
