El entrenador del Girona, Míchel Sánchez, no ha podido ocultar su preocupación tras la abultada derrota de su equipo ante el Villarreal por 5-0. Este resultado ha sido calificado por el propio técnico como su «peor momento como entrenador», evidenciando la crisis que atraviesa el club catalán.
En declaraciones recogidas por Esport3, Míchel expresó su profunda decepción y criticó la situación actual del equipo, afirmando que «no somos un equipo ahora mismo». Además, subrayó que la responsabilidad de esta crisis también recae en la directiva del club, indicando que «esto es responsabilidad del club también».
La falta de cohesión en el equipo
Míchel describió la situación del Girona como difícil, comparando al equipo con «una puerta abierta, de idas y venidas», donde «unos pueden entrar y otros salir». Esta falta de estabilidad ha generado inquietud entre los jugadores, lo que se ha traducido en un rendimiento deficiente en el campo. El entrenador enfatizó su deseo de conformar un «equipo con alma» una vez se cierre el mercado de fichajes.
El técnico madrileño destacó que el primer gol del Villarreal, que llegó tras un grave error defensivo, fue un punto de inflexión que desconectó a varios de sus futbolistas. «Hay mucho ruido e inestabilidad y falta algo muy importante, que es la palabra equipo», lamentó Míchel, quien espera que la llegada de nuevos jugadores al club ayude a revertir la situación.
Esperanzas para el futuro
Míchel manifestó su deseo de contar con jugadores comprometidos con el Girona. La incertidumbre actual y la falta de cohesión han sido factores que han afectado el rendimiento del equipo en la presente temporada. «Igual cuando se cierre el mercado podemos construir un equipo, aunque vayamos un poco tarde», concluyó el entrenador, dejando entrever su preocupación pero también su esperanza de un cambio positivo en el futuro cercano.
