La Unión Deportiva Ibarra, uno de los clubes más emblemáticos del fútbol canario, ha anunciado su desaparición del fútbol federado tras 56 años de historia. Esta decisión se debe a la imposibilidad del club para hacer frente a sus deudas acumuladas, lo que le ha llevado a quedar oficialmente excluido de la Tercera RFEF. El plazo para saldar las denuncias presentadas por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) expiró el pasado 31 de julio sin que la entidad pudiera regularizar su situación económica, un desenlace que ha impactado profundamente al fútbol tinerfeño.
Las deudas del club alcanzaban hasta cinco mensualidades impagas a varios de sus jugadores, según datos proporcionados por la AFE. La UD Ibarra figuraba en la lista de 19 equipos morosos elaborada por la comisión mixta AFE-RFEF, que otorgó hasta finales de julio como fecha límite para desactivar las denuncias. Sin margen financiero ni soluciones a la vista, el club ha visto agotarse el plazo sin poder saldar su deuda, lo que implica su exclusión automática del ámbito federado.
Un club con sueños truncados
La temporada 2024-2025 había comenzado con grandes expectativas para la UD Ibarra, que logró clasificarse para el play off de ascenso a Segunda RFEF tras finalizar en cuarta posición en la liga. La llegada mediática de Diego Armando Maradona Jr. como entrenador a mitad de temporada revitalizó las aspiraciones del equipo. Sin embargo, la eliminación en semifinales ante la UD Tamaraceite cortó de raíz el sueño de ascender de categoría, dejando al club en una situación precaria.
A pesar del impulso deportivo, los problemas económicos se habían acumulado durante meses, lo que terminó por asfixiar a la entidad. La desaparición de la UD Ibarra deja un vacío significativo en la Tercera RFEF y obligará a la Federación Canaria de Fútbol a reajustar el calendario de la próxima temporada, cuyo inicio está previsto para el 8 de septiembre.
Un legado inolvidable
La UD Ibarra no ha caído por un mal resultado en el terreno de juego, sino por un problema estructural que el fútbol regional sigue sin resolver. Esta situación refleja la fragilidad del sistema y la necesidad de implementar medidas que garanticen la sostenibilidad de los clubes locales. Los aficionados y la comunidad futbolística de Tenerife se despiden así de un equipo con una rica historia, que, a pesar de las adversidades, había logrado mantener viva la llama del fútbol en la isla durante más de cinco décadas.
