viernes, diciembre 19, 2025

La crisis interna en Vox: el cesarismo de Abascal al descubierto

La revuelta en Vox revela el creciente descontento con el liderazgo de Santiago Abascal.
por 19 diciembre, 2025
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El partido político Vox atraviesa una profunda crisis interna, evidenciada por el descontento de sus juventudes y la creciente revuelta entre sus miembros históricos. La situación ha llevado al cuestionamiento del liderazgo de Santiago Abascal, quien parece haber consolidado un estilo de dirección cesarista que muchos consideran perjudicial para la formación. Este descontento no es nuevo; muchos de los purgados, que en su día ocupaban posiciones de responsabilidad, han expresado su malestar por el rumbo que ha tomado el partido.

La lista de figuras que han abandonado la nave es extensa, incluyendo a antiguos aliados de Abascal como Javier Ortega Smith, quien ha sido uno de los últimos en manifestar su preocupación sobre el futuro inmediato del partido. En apenas una década desde su fundación, Vox ha visto cómo el espíritu de camaradería que lo caracterizaba se ha desvanecido. Desde los tiempos en que Abascal era visto como un líder cercano, ahora se siente una desconexión palpable entre la dirección y las bases.

Las raíces del descontento

El desencadenante de esta revuelta ha sido la creación de Revuelta en 2023, un movimiento que ha generado discordia y tensiones internas. La falta de comunicación y la centralización del poder en manos de Abascal han llevado a un deterioro de las relaciones personales dentro del partido. Un claro ejemplo de esta crisis es el caso de Jaime Hernández Zúñiga, conocido como «el Pelos», quien ha sido despedido tras años de lealtad al partido. Su historia simboliza la rotura de vínculos que antes se consideraban indisolubles.

Desde su juventud, Hernández Zúñiga había estado al lado de Abascal, comenzando como fotógrafo y ascendiendo hasta convertirse en asesor en el Parlamento Europeo. Sin embargo, la creación de Revuelta marcó un punto de inflexión y su despido se produjo tras un conflicto con Kiko Méndez-Monasterio, un colaborador cercano a Abascal. La falta de pago y la rescisión de su contrato han dejado al descubierto la inestabilidad interna y la falta de apoyo hacia aquellos que han servido al partido durante años.

Consecuencias y reflexiones

Los miembros purgados del partido han comenzado a hablar abiertamente sobre la cultura de trabajo dentro de Vox. Muchos coinciden en que «los modos están en el fondo de todos los problemas», subrayando una falta de respeto hacia los colaboradores. Se ha hecho evidente que Vox, bajo el liderazgo actual, no sabe cómo tratar a su gente, lo que ha llevado a una desbandada de figuras clave que una vez fueron pilares del partido.

La situación ha llegado a un punto crítico, donde pocos de los fundadores originales permanecen en el equipo. De los que acompañaron a Abascal en los inicios, solo quedan Ignacio Garriga y Jorge Buxadé, mientras que el resto ha sido desplazado o ha optado por marcharse. La sensación entre los disidentes es que Abascal se ha aislado, rodeándose de un círculo reducido que no tolera a aquellos que podrían hacerle sombra.

En un ambiente donde la lealtad parece ser cada vez más escasa, muchos se preguntan si la estructura actual de Vox puede sostenerse en el tiempo. La falta de un liderazgo inclusivo y la centralización del poder han puesto en riesgo la estabilidad del partido, lo que podría tener consecuencias significativas en su futuro político. La pregunta que queda en el aire es si Abascal será capaz de revertir esta situación antes de que sea demasiado tarde.

Redacción

Equipo editorial especializado en actualidad ibérica, economía y política. Información rigurosa y análisis profundo de España y Portugal las 24 horas del día.

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