El regreso de Alejandro ‘Papu’ Gómez al fútbol profesional marca un hito en su carrera tras un calvario de dos años debido a una sanción por doping. La notificación llegó como un rayo seco dos días antes de la final del Mundial de Qatar 2022, donde, mientras Argentina se coronaba campeona, él lidiaba con las consecuencias de un positivo por terbutalina tras tomar un jarabe infantil por error. Esta situación no solo lo apartó de las canchas, sino que también le robó su identidad y su rutina diaria.
Desde su sanción, que inicialmente se esperaba que durara cuatro meses, el ‘Papu’ se vio obligado a entrenar en soledad, sin un club donde pertenecer, sin la alegría del vestuario que había caracterizado su carrera en el Atalanta. La condena fue completa: física, deportiva y emocional, en un mundo donde los errores no se perdonan fácilmente. Sin embargo, Gómez no se rindió.
Una nueva oportunidad en el Calcio Padova
A sus 37 años, el ‘Papu’ ha encontrado una nueva oportunidad al firmar contrato con el Calcio Padova, un equipo de la Serie B italiana. Aunque no podrá disputar partidos oficiales hasta el 20 de octubre de 2025, se unirá a los entrenamientos desde el 19 de agosto, lo que le permitirá volver a sentir el césped bajo sus pies y compartir el campo con sus compañeros.
Este regreso no representa únicamente un refuerzo para el equipo, que busca regresar a la élite del fútbol italiano; también simboliza la resiliencia de un jugador que ha sabido levantarse. Gómez es consciente de que no se trata de ser el mejor o el peor, sino de seguir luchando y disfrutando del juego que ama.
El deseo de despedirse bailando
La llegada del ‘Papu’ a Padova no es solo un acontecimiento deportivo, sino una lección de vida. A lo largo de su carrera, ha demostrado que el fútbol es una constante posibilidad de comenzar de nuevo, y él está decidido a hacerlo de la mejor manera posible. Su deseo de despedirse del fútbol en la forma en que siempre ha sabido: bailando, refleja su espíritu indomable.
Cuando vuelva a ponerse la camiseta del Padova y pise el campo en octubre, lo hará con una historia detrás, una herida cicatrizada y una sonrisa renovada. La afición del Estadio Euganeo espera ansiosa este momento, donde, sin duda, el fútbol volverá a vibrar con el ritmo del ‘Papu’.
