La organización APAG Extremadura Asaja ha manifestado su rechazo a los cambios de horario que se aplican anualmente en Europa, argumentando que estos perjudican directamente al sector agrario y a quienes dependen de él. Este pronunciamiento coincide con el reciente ajuste horario en la madrugada del pasado domingo, cuando los relojes se retrasaron a las dos de la mañana.
La medida afecta a todos los países de la Unión Europea, incluyendo España, Francia, Alemania, Italia, Portugal, Polonia y Grecia, así como a otras naciones como Noruega, Suiza y Ucrania. Alrededor de 40 estados aplican este cambio de horario en primavera y otoño, aunque actualmente se debate la posibilidad de eliminar estas adaptaciones. Ocho de cada diez europeos se muestran favorables a establecer un único horario, un tema que la Comisión Europea comenzó a abordar en 2018.
El impacto del horario de verano en el campo
Desde APAG Extremadura Asaja, se considera que el horario de invierno es el que mejor se adapta al ciclo natural del día y la noche. «El horario de verano introduce un desfase de hasta dos horas que altera el ritmo de trabajo de agricultores y ganaderos», afirman. Esta organización también recuerda que España adoptó el horario de Berlín en 1940, alejándose del que le corresponde geográficamente, y que esta decisión ha generado un desfase significativo en el país, especialmente en Extremadura, donde la puesta de sol en julio ocurre solo cuatro minutos antes de las diez de la noche.
La afirmación contundente de la organización resuena en el campo: «En el campo no mandan los relojes, manda la luz del sol». Actividades esenciales como el ordeño, la alimentación del ganado y las labores agrícolas no comprenden los cambios horarios, y, por tanto, se ven perjudicadas por estas modificaciones artificiales.
Consecuencias económicas de los cambios horarios
El horario de verano, según APAG, reduce las horas útiles de trabajo y aumenta los costes operativos, lo que representa un agravio adicional para un sector ya castigado por el incremento de precios y la falta de rentabilidad. La organización hace un llamado a que el horario de invierno, que acaba de entrar en vigor, se mantenga de forma permanente, argumentando que es la opción más beneficiosa para la agricultura y la ganadería en la región.
Con estos argumentos, APAG Extremadura Asaja busca generar un debate sobre la conveniencia de mantener un único horario que respete los ciclos naturales y las necesidades del sector agrario, un tema que promete seguir en la agenda política y social de España.
