Novak Djokovic, con 38 años, se niega a abandonar el trono del tenis. El serbio, que ostenta el récord histórico masculino de 24 Grand Slams, enfrenta un desafío monumental: la joven dupla compuesta por Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, quienes dominaron el circuito en 2025 al repartir los cuatro majors. Sin embargo, Djokovic no se resigna a ser superado y ha decidido buscar nuevas estrategias para mantenerse competitivo.
Para ello, ha incorporado a su equipo a Mark Kovacs, un reconocido especialista en acondicionamiento físico y optimización del rendimiento. Kovacs, quien tiene una sólida formación como campeón de tenis universitario, es el director ejecutivo y cofundador de la International Tennis Performance Association (ITPA). Su experiencia abarca áreas como prevención de lesiones, biomecánica y recuperación, lo que podría ser crucial para Djokovic en su búsqueda por seguir en la élite del tenis mundial.
Una historia de superación y adaptación
La carrera de Djokovic ha estado marcada por decisiones que han transformado su rendimiento. En el pasado, el tenista serbio confió en el nutricionista Igor Cetojevic, quien le diagnosticó intolerancia al gluten y la lactosa. Esta revelación llevó a Djokovic a adoptar una dieta estricta, eliminando gluten, lácteos y azúcar refinado, lo que se convirtió en un punto de inflexión en su trayectoria deportiva.
Ahora, con la incorporación de Kovacs, Djokovic busca no solo mantenerse en forma, sino también adaptarse a un circuito que está cambiando rápidamente. La competencia con Sinner y Alcaraz no es sencilla, ya que ambos jugadores han demostrado tener un impacto significativo en el tenis contemporáneo. La próxima cita para Djokovic será en Melbourne, donde podrá igualar a Feliciano López y Roger Federer con un total de 81 participaciones en Grand Slams, un récord que resalta aún más la magnitud de su carrera.
Djokovic viajará directamente desde Belgrado tras las celebraciones de Año Nuevo, con el objetivo de seguir ampliando su legado en el tenis. La adaptación constante y la búsqueda de nuevas estrategias son fundamentales para un deportista que ha demostrado ser uno de los más grandes de todos los tiempos.
Con la vista puesta en 2026, el serbio no solo se aferra a su experiencia, sino que también se abre a la innovación científica, lo que podría marcar la diferencia en su lucha por continuar ganando títulos en un panorama cada vez más competitivo.
