La Guardia Civil ha desmantelado una organización delictiva dedicada al tráfico de inmigrantes en la Operación Barquera, que ha revelado la complicidad de gendarmes marroquíes en la introducción irregular de personas en España. Esta operación, llevada a cabo en Ceuta, ha puesto de manifiesto la existencia de una mafia bien organizada que no solo facilitaba la llegada de inmigrantes, sino que además intentaba diversificar sus actividades hacia el tráfico de drogas.
Los miembros de esta red, que ahora se encuentran bajo prisión preventiva, habían desarrollado un lenguaje propio para eludir la vigilancia de las fuerzas de seguridad. Utilizaban términos como “albañiles” para referirse a los inmigrantes y “cueros” para aludir a la documentación falsificada que les permitía embarcarse en pateras como si fueran marineros. Esta estrategia buscaba dificultar la identificación de los integrantes de la red y el rastreo de sus actividades ilegales.
Un entramado de corrupción
Las investigaciones han revelado que los miembros de la organización tenían a gendarmes y funcionarios marroquíes a sueldo, quienes recibían pagos a cambio de permitir la salida de inmigrantes desde Marruecos. Las tarifas variaban según la zona de procedencia de los inmigrantes, y las conversaciones interceptadas mostraron la logística compleja que empleaban para garantizar el éxito de los traslados. En una escucha, se menciona que los inmigrantes debían ser “fuertes” y capaces de recorrer largas distancias a pie, lo que refleja la planificación meticulosa de la red.
Además, la organización contaba con varios puntos de ocultación en Poblado Sanidad, donde los inmigrantes esperaban para ser trasladados. Las autoridades también sospecharon que la red consideraba utilizar un búnker en Valdeaguas para esconder a los inmigrantes, lo que demuestra la amplitud de su operación criminal.
Una lucha constante
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil se ha convertido en un obstáculo significativo para esta organización. En escuchas telefónicas, los miembros de la red expresaban su preocupación por la presencia de las patrulleras y su impacto en las operaciones de tráfico. Estos temores se intensificaron cuando la Guardia Civil abortó uno de sus planes, lo que llevó a la mafia a modificar sus estrategias y aumentar la complejidad de sus operaciones.
El éxito de la Operación Barquera no solo ha permitido la detención de varios miembros clave de la red, sino que también ha puesto de relieve la necesidad de una colaboración más efectiva entre las autoridades españolas y marroquíes para combatir el tráfico de personas. La investigación, que aún continúa, podría desvelar más líneas de acción y posibles detenciones en el futuro.
