Más de 1.400 millones de personas viven con hipertensión arterial en el mundo, pero solo 320 millones tienen su condición bajo control, según el segundo ‘Informe mundial sobre hipertensión’ publicado el 23 de septiembre de 2024 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este alarmante dato fue revelado durante un evento organizado por la OMS en colaboración con Bloomberg Philanthropies y Resolve to Save Lives en la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas.
El informe destaca que la cifra de personas afectadas por hipertensión se ha duplicado desde 1990. Las estimaciones indican que el 53 por ciento de la mortalidad cardiovascular, que incluye el 58 por ciento de las muertes por infarto, se atribuye a la presión arterial alta. Además, se estima que entre 2011 y 2025, las enfermedades cardiovasculares, incluida la hipertensión, han costado más de 3.000 millones de euros (aproximadamente 3,7 billones de dólares estadounidenses) a los países de ingresos bajos y medios, lo que equivale a alrededor del 2 por ciento de su PIB combinado.
Consecuencias mortales de la hipertensión
La hipertensión arterial es una de las principales causas de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, enfermedad renal crónica y demencia. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha señalado que cada hora más de 1.000 personas mueren a causa de accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio provocados por esta condición. Según la responsable del Programa de Salud Pública de Bloomberg Philanthropies, Kelly Henning, la hipertensión no controlada se cobra más de 10 millones de vidas anuales.
A pesar de estos datos alarmantes, los representantes de ambas organizaciones han subrayado que la hipertensión es prevenible y tratable. Para ello, subrayan la necesidad de «voluntad política, inversión continua y reformas para integrar el control de la hipertensión en los servicios de salud». Sin medidas urgentes, el informe de la OMS proyecta que el número de personas con hipertensión superará los 1.500 millones para el año 2030.
Desigualdades en el acceso a tratamientos
El análisis de datos de 195 países y territorios revela que 99 de ellos tienen tasas de control de la hipertensión inferiores al 20 por ciento. La mayoría de las personas afectadas residen en países de ingresos bajos y medios, donde los sistemas de salud enfrentan limitaciones significativas de recursos. El informe señala importantes deficiencias en la prevención, diagnóstico y tratamiento, así como en la atención a largo plazo.
Entre las barreras identificadas se encuentran políticas insuficientes de promoción de la salud, acceso limitado a tensiómetros validados y la falta de protocolos de tratamiento estandarizados. Aunque los medicamentos para la presión arterial son herramientas rentables, solo siete de 25 países de bajos ingresos (un 28 por ciento) informan de su disponibilidad en farmacias o centros de atención primaria, comparado con el 93 por ciento en países de altos ingresos.
El presidente y director ejecutivo de Resolve to Save Lives, Tom Frieden, ha afirmado que «existen medicamentos seguros, eficaces y económicos para controlar la presión arterial, pero demasiadas personas no pueden acceder a ellos». Según Frieden, «cerrar esa brecha salvará vidas y ahorrará miles de millones de dólares cada año».
El informe también explora las estrategias para mejorar el acceso a los medicamentos para la hipertensión mediante mejores sistemas regulatorios, gestión de la cadena de suministro y mejoras en la prescripción y dispensación. La OMS insta a todos los países a integrar el control de la hipertensión en las reformas de salud y a considerar sus recomendaciones, que podrían ayudar a prevenir millones de muertes prematuras.
