En la oscuridad de la noche, el cementerio de Tasarte, en Gran Canaria, se ve iluminado por unas misteriosas luces que han inquietado a los residentes de la zona. Estos fenómenos luminosos han sido objeto de leyendas y creencias populares, alimentando el temor y la intriga entre quienes habitan cerca de este lugar.
Las luces de Toleo y su historia
Según el autor Francisco Suárez Moreno en su obra *Canarias Insolita*, se han documentado luces en diferentes puntos del archipiélago, como la luz de Toleo, que aparece en las quebradas de Tasarte. Este fenómeno ha dado nombre al puerto y a la antigua ermita de la Virgen de la Luz. En Tenerife, La Palma y Fuerteventura también se han reportado apariciones similares, las cuales han sido interpretadas de diversas maneras a lo largo del tiempo.
Se cuenta que unos pastores, buscando refugio del frío en una noche especialmente oscura, hicieron leña de una cruz, lo que desencadenó la aparición de estas luces en el mismo lugar de la profanación. Desde entonces, testigos han afirmado ver una luz quieta, un fenómeno que ha despertado una serie de interpretaciones, muchas de ellas relacionadas con mitos y leyendas sobre el más allá y los muertos.
Creencias y explicaciones científicas
Las explicaciones han variado considerablemente, desde creencias supersticiosas hasta teorías más racionales. La Navaja de Ockham sugiere que, ante múltiples explicaciones, la más sencilla suele ser la correcta. Algunos han propuesto que las luces pueden ser reflejos nocturnos de aves rapaces, un punto que también menciona Suárez Moreno.
En la década de los cincuenta, un maestro en una escuela unitaria, situada cerca de un castañar, contribuyó a disipar el miedo entre sus alumnos sobre los resplandores que se veían sobre los muros del cementerio. Atribuyó el fenómeno a los fuegos fatuos, que son producidos por el frotamiento de los huesos con las tierras blandas y húmedas de las fosas.
A pesar de las explicaciones científicas, muchos continúan aferrándose a la idea de que estas luces son manifestaciones sobrenaturales, ligadas a almas en pena que aún no han encontrado la paz. Esta creencia ha sido fomentada por algunos líderes religiosos, quienes advierten sobre los peligros del pecado y la necesidad de rezar por los difuntos para liberar sus almas. La duración de esta permanencia, según afirman, depende del número de misas rezadas en su memoria.
Sin embargo, no se han reportado manifestaciones de luces durante el día, lo que refuerza la asociación del miedo con la noche. La literatura también ha reflejado esta sensación de terror ante la oscuridad, como se puede apreciar en el Quijote de Cervantes, donde describe el horror y el espanto que puede causar la soledad y la oscuridad en el bosque.
El autor Luis Landero también se ha expresado sobre el impacto que tiene la llegada de la noche en el alma, acentuando la conexión entre el miedo y la oscuridad. Sin embargo, el avance de la tecnología, como la llegada de la luz eléctrica, ha comenzado a cambiar la percepción de estos fenómenos. “Las dichosas luces terminarán cuando llegue la luz eléctrica a todas partes”, afirmaban algunos, y aunque la modernidad ha traído luz a las ciudades, aún hay lugares remotos donde el cielo estrellado sigue siendo testigo de estos misterios.
Así, el cementerio de Tasarte se mantiene como un enigma, un lugar donde las luces misteriosas siguen desafiando la lógica y el entendimiento, en un diálogo constante entre la ciencia y la fe.
