martes, octubre 28, 2025

Los abrazos manipuladores: el lado oscuro de la triada oscura

Investigadores revelan que algunos abrazos pueden ser herramientas de manipulación en relaciones tóxicas.
por 26 octubre, 2025
Lectura de 2 min

Un reciente estudio de la Universidad de Binghamton ha puesto de manifiesto que los abrazos, tradicionalmente considerados como una expresión de afecto, pueden ser utilizados como herramientas de manipulación por individuos con rasgos de la llamada triada oscura, que incluye el narcisismo, la psicopatía y el maquiavelismo. Esta investigación, liderada por el profesor Richard Mattson y su equipo, se ha publicado en la revista Current Psychology.

El estudio revela que no todos los abrazos son inofensivos; en algunas relaciones, especialmente las marcadas por la triada oscura, el contacto físico se convierte en un medio de control. Según Mattson, «no solo no se obtienen los beneficios del tacto en estas relaciones, sino que, además, es poderoso, por lo que puede usarse para beneficio propio en detrimento de la pareja». Este enfoque destaca un aspecto poco explorado en la ciencia de las relaciones, que ha tendido a centrarse mayoritariamente en los beneficios del contacto físico.

El uso manipulativo del tacto

El equipo de investigación llevó a cabo encuestas a más de 500 estudiantes universitarios, indagando sobre su comodidad con el contacto físico y cómo este se relaciona con sus estilos de apego y rasgos de personalidad. Los resultados mostraron que aquellos con rasgos de la triada oscura son más propensos a utilizar el tacto de manera manipulativa. En particular, se observó que los hombres con ansiedad en sus relaciones eran más propensos a buscar el contacto físico como una forma de obtener seguridad, mientras que las mujeres con estos rasgos tendían a sentirse incómodas al ser tocadas, pero utilizaban el tacto para manipular a sus parejas.

Los hallazgos también sugieren que las relaciones de las personas con altos niveles de rasgos de la triada oscura a menudo son efímeras y problemáticas, a veces incluso violentas. Mattson explica que «se asume que la esencia de estos rasgos es una orientación de ‘yo primero, tú después’, lo que se manifiesta en la forma en que estas personas intercambian afecto a través del tacto». Esto resalta la necesidad de comprender cómo estos comportamientos impactan la dinámica de las relaciones.

Implicaciones para la intervención clínica

La investigación de Mattson no solo pone de relieve un problema crucial en la dinámica de las relaciones, sino que también sugiere posibles áreas para intervenciones clínicas. El contacto físico, aunque puede ser mal utilizado, también tiene propiedades terapéuticas. Según el profesor, «el tacto por sí solo podría ser un alivio en situaciones donde alguien necesita apoyo». Esto sugiere que se podrían desarrollar estrategias de intervención que enseñen a las personas a utilizar el tacto de manera saludable y recíproca, evitando su uso como herramienta de control.

Este estudio abre un debate importante sobre la naturaleza del afecto en las relaciones modernas y la necesidad de educar sobre el uso adecuado del contacto físico, especialmente en contextos donde la manipulación puede estar presente. La investigación realizada por la Universidad de Binghamton ofrece una nueva perspectiva sobre un aspecto fundamental de la interacción humana, invitando a una reflexión más profunda sobre cómo los abrazos pueden ser interpretados en el contexto de la salud emocional y las relaciones interpersonales.

Redacción

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