Investigadores de la Universidad de Gotemburgo en Suecia y de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos han realizado un estudio que demuestra que la semaglutida, un fármaco utilizado principalmente para tratar la diabetes tipo 2 y la obesidad bajo las marcas comerciales Ozempic y Wegovy, reduce significativamente el consumo de cocaína en ratas. Este hallazgo sugiere que la semaglutida puede ser un candidato prometedor como tratamiento para la dependencia de esta sustancia, un problema que actualmente carece de un tratamiento farmacológico eficaz.
La investigación, publicada en la edición de septiembre de la revista European Neuropsychopharmacology, indica que la cocaína es la segunda droga ilegal más consumida en Europa, con aproximadamente 2,7 millones de adultos jóvenes (entre 15 y 34 años) que la consumen habitualmente, según la Agencia Europea de Medicamentos.
Resultados del estudio en ratas
Los científicos, liderados por la profesora Elisabet Jerlhag, llevaron a cabo un experimento en el que proporcionaron a ratas macho acceso a cocaína inyectada, la cual podían dispensar pulsando una palanca en su jaula. Se observó que las ratas tratadas con semaglutida presentaron una reducción del 26 por ciento en el consumo de cocaína en comparación con los animales de control. Este hallazgo se suma a investigaciones anteriores que demuestran que la semaglutida también puede disminuir el consumo y el deseo de alcohol.
“Este es el primer ensayo que muestra el potencial de la semaglutida como fármaco para la dependencia de la cocaína”, afirmó Jerlhag, resaltando la relevancia de estos resultados. Además, el estudio reveló que tras un periodo de abstinencia, los animales que habían recibido semaglutida mostraron una disminución del 62 por ciento en la búsqueda de cocaína y una reducción del 52 por ciento en la motivación para conseguir la droga.
Implicaciones futuras
A pesar de los prometedores resultados, la profesora Jerlhag enfatizó la necesidad de realizar estudios más amplios para confirmar estos hallazgos en humanos. “Es esencial comprobar si estos resultados se aplican también a las personas, dado que no existen tratamientos farmacológicos eficaces para la dependencia de la cocaína”, comentó.
La semaglutida pertenece a una clase de fármacos conocidos como inhibidores del GLP-1, que han mostrado ser efectivos en el tratamiento del exceso de peso y, ahora, presentan un potencial en el tratamiento de problemas de salud mental. Christian Hendershot, del Instituto de Adicciones de la Facultad de Medicina Keck en la Universidad del Sur de California, destacó que los hallazgos de este estudio podrían tener importantes implicaciones clínicas, especialmente en la identificación de medicamentos para el trastorno por consumo de estimulantes.
“Este estudio aporta pruebas adicionales de que los agonistas del receptor GLP-1 pueden reducir el refuerzo de la cocaína. Estos resultados deberían fomentar ensayos clínicos con agonistas del receptor GLP-1 para el trastorno por consumo de estimulantes”, concluyó Hendershot, quien no participó directamente en esta investigación, pero ha realizado estudios previos sobre el efecto de la semaglutida en el deseo de consumir alcohol.
