El 19 de septiembre de 2023, el fenómeno de la licuefacción de la sangre de San Jenaro volvió a ocurrir en la Catedral de Nápoles, donde la reliquia histórica fue encontrada completamente líquida. Este acontecimiento, que muchos consideran un símbolo de esperanza y confianza, fue anunciado por Vincenzo De Gregorio, responsable de la Capilla del Tesoro, quien destacó la relevancia cultural y espiritual de este evento en la comunidad local.
Como es tradición, el anuncio se realizó con el ondear de un pañuelo blanco por parte de un miembro de la Delegación del Tesoro de San Jenaro. Durante la ceremonia, el cardenal Domenico Battaglia, arzobispo de Nápoles, presidió la misa y mostró el frasco con la sangre del santo a los presentes. En su discurso, Battaglia expresó su preocupación por los conflictos actuales en el mundo, realizando una mención especial a la situación en Gaza. Además, se proyectó un mensaje en vídeo del padre Gabriel Romanelli, párroco de la iglesia de la Sagrada Familia en Gaza, agradeciendo a la ciudad de Nápoles por su apoyo.
Un momento de reflexión y comunidad
El arzobispo de Nápoles resaltó la conexión simbólica entre la reliquia y el recuerdo de quienes sufren, afirmando que «hoy Nápoles se mantiene en calma como el mar cuando el viento amaina». Asimismo, describió la transformación de la ciudad durante la celebración: «Las calles se convierten en naves, los balcones en coros, la ciudad en una catedral entera». Para Battaglia, la sangre de San Jenaro es un símbolo de memoria y respeto hacia aquellos que han enfrentado adversidades.
La sangre del santo, que murió alrededor del año 305 d.C., se conserva en dos ampollas de vidrio en la Capilla del Tesoro de la catedral. Este fenómeno de licuefacción ocurre tradicionalmente tres veces al año: en mayo, en septiembre y en diciembre, coincidiendo con fechas significativas en la historia de la ciudad, como el traslado de sus restos a Nápoles y la conmemoración de la erupción del Monte Vesubio en 1631.
Fe y ciencia: un misterio sin resolver
La licuefacción de la sangre de San Jenaro, considerada un milagro por los creyentes, es un fenómeno que despierta el interés de científicos. Aunque la sangre de San Jenaro normalmente se presenta en un estado semi-sólido o coagulado, su transformación a líquido en ciertas fechas ha llevado a diversas hipótesis científicas. Algunas teorías sugieren que se trata de reacciones químicas internas, sensibilidad a cambios de temperatura o la formación de un gel cristalino que se derrite con el calor.
A pesar de los estudios realizados, ninguna teoría ha logrado explicar completamente el fenómeno. La composición exacta de la sangre y las condiciones de conservación en la catedral complican su replicación en un entorno de laboratorio. Sin embargo, lo que es indiscutible es la profunda conexión cultural que este evento tiene para Nápoles, actuando como un poderoso símbolo de identidad y tradición.
La licuefacción de la sangre de San Jenaro no solo es un fenómeno religioso, sino que también se ha entrelazado con la historia de la ciudad, vinculándose a eventos críticos a lo largo de los siglos. La tradición popular ha atribuido a este fenómeno la capacidad de «predecir» desastres o acontecimientos importantes, interpretando la falta de licuefacción como una señal de advertencia para la ciudad.
Así, la sangre de San Jenaro sigue siendo un elemento central de la cultura napolitana, atrayendo tanto a fieles como a curiosos. Este evento extraordinario refuerza la memoria colectiva y el sentido de comunidad en tiempos de incertidumbre, recordando a todos la importancia de la fe y la historia en la vida cotidiana de Nápoles.