Una nueva escuela privada en el norte de Virginia, denominada Alpha School, ha decidido prescindir de profesores humanos y revolucionar la educación a través del uso de la Inteligencia Artificial (IA). Este modelo educativo, que abrirá sus puertas próximamente, plantea un enfoque radicalmente diferente al tradicional, generando tanto interés como controversia en el ámbito educativo.
El modelo de Alpha School se basa en el concepto de «dos horas de aprendizaje». Los estudiantes dedicaran únicamente este tiempo al aprendizaje académico mediante plataformas adaptativas y herramientas de IA, dejando el resto de la jornada para talleres prácticos que fomentan habilidades para la vida. La matrícula anual es de 65.000 dólares (aproximadamente 56.000 euros), lo que la convierte en una opción exclusiva.
Un enfoque sin docentes
En lugar de contar con profesores certificados, la escuela emplea lo que llaman “guias”, quienes supervisan y orientan a los alumnos, aunque no necesariamente poseen licencias docentes convencionales. Los impulsores del proyecto afirman que su metodología permite duplicar el progreso académico en un tiempo reducido. Utilizan plataformas de aprendizaje adaptativo como IXL, que personaliza las lecciones para cada estudiante mediante diagnóstico y aprendizaje automáticos.
Además, la escuela emplea herramientas de inteligencia artificial para monitorear la actividad de los alumnos en sus ordenadores. Si un estudiante no se dedica el tiempo necesario a las lecciones o no está atento, se le recordará que debe reducir la velocidad y reenfocar su estrategia de aprendizaje. Esta práctica ha suscitado inquietudes sobre la efectividad del modelo educativo.
Controversia y críticas
Según un artículo de The Washington Post, detrás de Alpha School se encuentra un respaldo financiero significativo, con donantes vinculados a sectores republicanos. Sin embargo, a pesar del entusiasmo por la innovación, la propuesta ha sido objeto de críticas por parte de pedagogos y sindicatos de profesores. Estos advierten sobre los riesgos en el desarrollo social y emocional de los alumnos, quienes podrían perder la interacción diaria con figuras adultas de referencia.
Los críticos sostienen que la IA aún no puede reemplazar las habilidades interpersonales, el acompañamiento afectivo ni la gestión de dinámicas grupales que caracterizan a un aula tradicional. Según informa Axios, aunque Alpha School ya opera en varias localizaciones y busca expandirse a otros estados, únicamente ha conseguido aprobación en Arizona hasta el momento.
El debate que surge en torno a esta iniciativa educativa va más allá del costo y la innovación. Se plantean preguntas difíciles sobre la equidad en el acceso a la educación, el papel insustituible del docente humano y hasta qué punto la tecnología debe ser el eje del aprendizaje infantil. La evolución de este modelo podría marcar un antes y un después en la forma en que concebimos la educación contemporánea.