La población de erizos de mar, vital para la salud de los ecosistemas marinos, está siendo devastada por una pandemia no identificada que ha causado una mortalidad masiva en diversas partes del mundo, incluidos los archipiélagos de las Islas Canarias y Madeira. Según un estudio publicado en Frontiers in Marine Science, esta crisis ha afectado especialmente a la especie Diadema africanum, cuyas poblaciones han sufrido un descenso alarmante en los últimos cuatro años.
Impacto de la pandemia en los ecosistemas marinos
Los erizos de mar desempeñan un papel fundamental en la regulación de los ecosistemas acuáticos, al alimentarse de algas y pastos marinos, lo que permite la supervivencia de organismos como los corales. Sin embargo, su proliferación descontrolada, agravada por la reducción de sus depredadores naturales, ha creado “desiertos de erizos” en algunos hábitats, lo que a su vez perjudica la biodiversidad marina. Iván Cano, investigador de la Universidad de La Laguna, ha documentado un evento de mortalidad masiva que comenzó a manifestarse a principios de 2022, detectando los primeros casos en La Palma y La Gomera.
Los síntomas observados en los erizos afectados incluyen movimientos erráticos, pérdida de sensibilidad, deterioro de tejidos y caída de espinas. A pesar de que fenómenos similares se habían registrado en años anteriores, como en 2008 y 2018, el evento de 2022 se distingue por su escasa recuperación, que se tradujo en un colapso poblacional del 74 % en La Palma y del 99,7 % en Tenerife.
Investigación y futuro incierto
El estudio, que abarcó 76 enclaves del archipiélago, también incluyó datos recopilados de buceadores, revelando la gravedad de la situación. En Tenerife, no se han observado juveniles ni se han recogido larvas en la época de desove, lo que sugiere que la población de D. africanum se encuentra en su mínimo histórico. Aunque aún no se ha identificado el agente patógeno responsable de esta mortandad, se han propuesto protozoos como Philaster o amebas relacionadas con alteraciones en el oleaje como posibles culpables.
La amenaza de una expansión de esta pandemia sigue latente, y la comunidad científica se encuentra en alerta ante la posibilidad de que este evento pueda continuar afectando a otras especies de erizos en diferentes regiones del mundo. La situación actual exige un monitoreo constante y la implementación de medidas de conservación que permitan frenar la pérdida de estas especies clave para el equilibrio de los ecosistemas marinos.
