Los últimos estudios realizados en Catalunya destacan la relevancia de potenciar la expresión oral desde la educación infantil, evidenciando que esta práctica no solo mejora la lectoescritura, sino que también impacta positivamente en el rendimiento académico general. Las pruebas orales de los alumnos de sexto de primaria y cuarto de ESO han mostrado diferencias significativas de hasta 20 puntos entre el castellano y el catalán, lo que ha llevado a reflexionar sobre la importancia de la enseñanza de la lengua oral a lo largo de toda la escolaridad.
La importancia de la oralidad en el aprendizaje
La investigadora Pilar Prieto, del Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), argumenta que el fomento del discurso oral es fundamental para el desarrollo del lenguaje. «La investigación nos dice que el fomento del discurso oral tiene como consecuencia la mejora de la lectoescritura, ya que es la base del lenguaje», afirma Prieto. Este estudio respalda la necesidad de un cambio de paradigma en la enseñanza de la lengua, poniendo énfasis en la oralidad desde las primeras etapas educativas.
El trabajo de Prieto y su equipo ha demostrado que intervenciones centradas en la narrativa oral son efectivas para mejorar el aprendizaje lingüístico. En un estudio reciente, se observó que los alumnos de secundaria que participaban en actividades orales mostraron un rendimiento escrito significativamente superior. «Mejorar la oralidad no solo mejora la escritura; la potenciación del discurso narrativo oral complejo tiene un impacto directo en el rendimiento académico en general», explica Prieto.
Iniciativas educativas en acción
Las investigaciones también han llevado a la creación de programas educativos innovadores en Catalunya, donde se ha incorporado la multimodalidad en la enseñanza de la lengua. Esto implica la utilización de gestos y otras expresiones no verbales para enriquecer el aprendizaje. «Hemos desarrollado un programa en infantil y otro en aulas de acogida, cocreados en tándem con profesionales de las distintas escuelas», destaca Prieto.
La investigadora Júlia Florit-Pons, quien ha trabajado en proyectos en aulas de educación infantil de L’Hospitalet, señala que los resultados han sido prometedores. «Después de recibir las nueve sesiones del programa, los discursos narrativos de esos niños utilizaban más el catalán que el castellano», relata. Este enfoque ha llevado a un aumento en el uso del catalán entre los alumnos que normalmente no lo hablaban, y se ha observado un enriquecimiento del vocabulario.
Los resultados positivos han impulsado el desarrollo de una nueva versión del programa, que está en proceso de implementación en 20 escuelas de toda Catalunya, con la participación de 176 niños y niñas. Según la investigadora Ingrid Vilà-Giménez, los docentes y alumnos han percibido mejoras sistemáticas en la comprensión oral y escrita. «Ellos mismos perciben que entienden y hablan mejor el catalán», añade Vilà-Giménez.
A la luz de estos hallazgos, las investigadoras subrayan la necesidad de integrar actividades comunicativas relevantes y contextualizadas en todas las materias. También es crucial que los estudiantes tengan acceso a modelos lingüísticos de calidad a través del lenguaje de sus maestros. «Trabajamos para que los docentes sean conscientes de su papel como referentes lingüísticos», concluyen.
Por lo tanto, es evidente que la mejora de la oralidad en el aula no solo contribuye al dominio del lenguaje, sino que también puede ser un factor decisivo en la reducción del abandono escolar temprano, asegurando que todos los alumnos tengan las herramientas necesarias para triunfar en su educación.
