Un reciente estudio de la Universidad de Oklahoma, publicado en la revista JAMA Surgery, ha puesto de manifiesto los beneficios de una innovadora técnica de conservación de sangre que podría transformar la práctica de la cirugía cardíaca. La hemodilución normovolémica aguda (HNA) es un método en el que se extrae la sangre del paciente antes de realizar una derivación cardiopulmonar y se reinfunde al final de la intervención. Esta técnica, aunque efectiva, se encuentra actualmente infrautilizada en Estados Unidos, con una aplicación en solo el 14,7% de los casos.
La hemodilución normovolémica aguda tiene como objetivo minimizar la necesidad de transfusiones durante la cirugía, lo que puede reducir tanto los riesgos asociados a las transfusiones como los costos hospitalarios. Este método no solo mejora la seguridad del paciente, sino que también optimiza el uso de los recursos disponibles en las unidades de cuidados intensivos.
A pesar de los evidentes beneficios, la adopción de esta técnica en el ámbito clínico sigue siendo limitada. Según el estudio, muchos cirujanos cardíacos aún no están familiarizados con el procedimiento o no lo consideran una opción viable. Esto plantea interrogantes sobre la formación y la actualización continua del personal médico en técnicas que podrían mejorar los resultados de salud del paciente.
La investigación señala que, para aumentar la utilización de la HNA, es fundamental llevar a cabo campañas de sensibilización y formación entre los profesionales de la salud. Esto no solo incluye a cirujanos, sino también a anestesistas y personal de enfermería, quienes juegan un papel crucial en la implementación de esta técnica.
Además, se sugiere que la comunidad médica debe trabajar en conjunto con las instituciones para establecer protocolos que promuevan el uso de la hemodilución en las salas de operaciones. La colaboración entre hospitales y universidades podría facilitar el intercambio de conocimientos y prácticas óptimas, favoreciendo así una mayor adopción de esta técnica.
La HNA representa una oportunidad significativa para mejorar la atención en cirugía cardíaca y reducir las complicaciones asociadas a la transfusión de sangre. Mientras tanto, el desafío radica en superar las barreras institucionales y educativas que impiden su uso generalizado. A medida que los avances en la medicina continúan, es esencial que los profesionales se mantengan al día con las innovaciones que pueden salvar vidas y mejorar la calidad del cuidado del paciente.
