martes, diciembre 09, 2025

La normalidad de las peleas infantiles según el pediatra Carlos González

Carlos González aclara que las peleas entre niños son parte de su desarrollo emocional y no un signo de agresividad.
por 29 noviembre, 2025
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Las peleas entre niños pequeños, como empujar, pegar o insultar, no deben ser vistas como un motivo de alarma. Según el pediatra Carlos González, en un vídeo publicado en Instagram, estas conductas son parte del desarrollo emocional y social de los más pequeños. González explica que tales reacciones suelen surgir cuando un niño se siente amenazado, ya sea porque otro le ha quitado un juguete o se niega a compartir. Lejos de ser un signo de agresividad, estas actitudes son normales en el proceso de aprendizaje social.

Para ilustrar su punto, González utiliza una comparación reveladora: “Ni siquiera los sicarios de la mafia van por ahí matando gente; son profesionales, matan a quien tienen que matar y el resto del tiempo hacen cola, piden por favor, dan las gracias… como personas normales.” Esta comparación subraya que, aunque los niños puedan mostrarse agresivos, también son capaces de comportamientos empáticos y afectuosos.

La importancia de la reacción adulta

Un mensaje clave que transmite el pediatra es la reacción que deben tener los adultos ante estas situaciones. Cuando un niño pega a otro, lo que menos necesita es ver en el rostro de sus padres una mezcla de terror, culpa o decepción. Transmitir miedo solo refuerza la idea de que ha cometido un acto terrible. Por lo tanto, González insiste en que es fundamental comprender que «nuestro hijo no es un monstruo», sino un ser humano en pleno proceso de aprendizaje social.

Las peleas entre niños suelen ser impulsivas y pueden surgir de la frustración o la dificultad para expresar emociones verbalmente. Los padres pueden acompañar a sus hijos en este proceso mediante pautas que fomenten la educación emocional, un aprendizaje que se construye poco a poco y no en un solo episodio.

Superar la agresividad con tiempo y límites

González recuerda que, al igual que los adultos también tuvieron sus peleas en la infancia y aprendieron a superarlas, los niños eventualmente dejarán atrás estas conductas. Esto se logra con tiempo, acompañamiento y límites serenos. Las peleas no definen el carácter de un niño; son parte del camino normal hacia la madurez emocional.

Por último, el pediatra concluye que educar sin miedo es la mejor forma de ayudar a los niños a crecer con seguridad, empatía y confianza. Así, se fomenta un entorno en el que los pequeños pueden aprender a manejar sus emociones y a relacionarse de manera saludable con sus compañeros.

Redacción

Equipo editorial especializado en actualidad ibérica, economía y política. Información rigurosa y análisis profundo de España y Portugal las 24 horas del día.

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