El 15 de octubre se conmemora el Día Mundial del Lavado de Manos, una iniciativa impulsada por la ONU y UNICEF que busca resaltar la crucial importancia de la higiene de manos para la salud pública, especialmente en la infancia. Este sencillo hábito puede marcar una diferencia significativa en la prevención de enfermedades y la transmisión de patógenos.
Cómo lavarse las manos de manera efectiva
A lo largo de nuestra vida, hemos aprendido a lavarnos las manos, pero no siempre lo hemos hecho de forma adecuada. Para evitar la transmisión de patógenos, incluidos virus como el coronavirus, es fundamental frotar bien todas las partes de las manos con jabón o gel desinfectante durante al menos 20-30 segundos. Este simple acto puede significar la diferencia entre la salud y la enfermedad.
La cuestión de si es más efectivo lavarse las manos con agua y jabón o con gel hidroalcohólico ha surgido con mayor frecuencia en los últimos años. Según Rafael Rodríguez, médico del Área Sanitaria Norte de Córdoba, «normalmente, si las manos están sucias, es mejor limpiarlas con agua y jabón». Sin embargo, si hemos tocado superficies contaminadas, el gel desinfectante resulta más eficaz.
Higiene en casa y prevención de enfermedades
No debemos limitarnos a lavarnos las manos únicamente al llegar a casa. Es vital hacerlo en momentos clave, como antes de comer, después de ir al baño, y tras sonarnos, toser o estornudar, tal y como indican las recomendaciones del Ministerio de Sanidad.
La higiene de manos habitual es especialmente importante para los niños. Según el pediatra Gonzalo Oñoro, «lavarse las manos frecuentemente, especialmente después de ir al baño y antes de comer, es fundamental para evitar enfermedades respiratorias como la COVID-19 y otros resfriados comunes». Además, aclara que no hay evidencia que relacione los resfriados con andar descalzos, por lo que es esencial centrarse en la higiene para proteger la salud de los pequeños.
La celebración de este día debe servir como recordatorio de que la higiene de manos es un pilar fundamental para nuestra salud y la de quienes nos rodean. Adoptar esta práctica puede contribuir significativamente a la prevención de enfermedades y a la promoción de un entorno más saludable para todos.
