El debilitamiento de la Circulación de Retorno Meridional del Atlántico (AMOC) ha sido declarado por Islandia como una amenaza existencial para el país. Esta corriente oceánica, fundamental en la regulación del clima, está en riesgo debido a su ralentización, lo que ha llevado al ministro de Medio Ambiente, Energía y Clima, Jóhann Páll Jóhannsson, a considerar su posible colapso un asunto de seguridad nacional.
“Es una amenaza directa para nuestra resiliencia y seguridad nacional”, afirmó Jóhannsson, destacando que es la primera vez que un fenómeno específico relacionado con el clima se presenta formalmente ante el Consejo de Seguridad Nacional. En una conferencia celebrada en abril, el ministerio ya había advertido sobre la posibilidad de una mayor desaceleración de la AMOC si el calentamiento global supera ciertos umbrales, lo que podría provocar un enfriamiento significativo en Islandia y el norte de Europa.
Importancia de la AMOC
La AMOC actúa como un sistema de transporte de calor hacia el norte en el Atlántico, siendo impulsada por la Corriente del Golfo. Esta corriente es vital para mitigar algunos de los efectos más extremos del cambio climático, determinando las condiciones de vida en la región ártica y más allá. Un grupo de científicos advirtió en una carta abierta presentada en 2024 que la AMOC está cada vez más en riesgo de cruzar un punto de inflexión.
Según un estudio publicado en Environmental Research Letters, la probabilidad de que la AMOC colapse ha aumentado, y ya no puede considerarse un evento improbable. Sin embargo, persiste la incertidumbre entre los científicos sobre si este debilitamiento es temporal, natural o irreversible.
Causas del debilitamiento y sus consecuencias
El calentamiento de la superficie del océano está alterando las corrientes oceánicas. Cheng Lijing, oceanógrafo del Instituto de Física Atmosférica de Pekín, explicó que “cuando la superficie del océano se calienta, el calor penetra en las capas más profundas, por lo que todo el océano se está calentando”. Esta alteración puede tener efectos devastadores sobre el clima en Europa.
La climatóloga polar Dorthe Dahl-Jensen de la Universidad de Copenhague advirtió que durante las épocas glaciares, la circulación se detuvo en ocasiones debido a grandes aportes de agua dulce, un fenómeno que podría repetirse con el deshielo en Groenlandia. A su vez, la física y meteoróloga Isabel Moreno subrayó la importancia de la AMOC, ya que su desaceleración podría intensificar eventos climáticos extremos en Europa.
Aunque los modelos climáticos no indican que Europa se congele, investigaciones previas sugieren que la corriente se ha ralentizado un 15% desde mediados del siglo XX. Una mayor desaceleración de la AMOC podría alterar la trayectoria de las tormentas invernales, intensificándolas, según Stefan Rahmstorf del Instituto para la Investigación del Impacto Climático PIK. El oceanógrafo Carlos Duarte agregó que, aunque hay pruebas de cambios en la densidad del agua de la corriente, aún no se han observado repercusiones significativas sobre el clima.
En 2023, un estudio sugirió que la AMOC podría colapsar en cualquier momento antes de finales de siglo. Sin embargo, Dahl-Jensen se mostró cauta: “La evidencia aún es débil. Necesitamos más tiempo de observación para determinar el impacto real”. La situación es preocupante y requiere atención inmediata, ya que las implicaciones de un colapso de la AMOC serían catastróficas para el clima europeo y global.
