El pasado sábado, 30 de agosto de 2023, la Red Sísmica Canaria (Involcan) registró un nuevo enjambre sísmico en Tenerife, donde se detectaron más de 90 terremotos de muy baja magnitud entre las 17:14 y las 18:26 horas. Estos eventos, clasificados como de tipo volcano-tectónico (VT), se producen por la fracturación de las rocas en el interior del sistema volcánico de la isla.
Este fenómeno se inscribe dentro de la actividad sísmica recurrente que ha caracterizado a la isla desde junio de 2017, cuando comenzaron a registrarse más de 120 enjambres de eventos sísmicos de este tipo. La causa principal de estos movimientos sísmicos está relacionada con un proceso de presurización del sistema volcánico-hidrotermal de Tenerife, que se produce por la inyección de fluidos magmáticos.
A lo largo de los últimos años, se ha observado este proceso de manera repetida desde 2016, respaldado por datos geoquímicos y geofísicos independientes. En particular, se ha registrado un aumento en la emisión difusa de CO2 en el cráter del Teide, así como una ligera deformación del terreno detectada desde 2024 en el sector noreste del complejo volcánico Teide – Pico Viejo.
Sin indicios de erupción volcánica
A pesar de esta actividad sísmica, no se han encontrado indicios que sugieran un aumento en la probabilidad de erupción volcánica a corto o medio plazo en Tenerife. Según Involcan, la situación actual no presenta riesgos inminentes para la población, aunque se continúa monitorizando la actividad del volcán para asegurar la seguridad de los residentes y visitantes de la isla.
En este contexto, es fundamental que los ciudadanos se mantengan informados sobre la actividad volcánica y sísmica, y sigan las recomendaciones de las autoridades locales. La vigilancia constante de los sistemas de alerta y la comunicación clara son esenciales para afrontar cualquier eventualidad que pudiera surgir en el futuro.