En el asentamiento de refugiados de Kiryandongo, Uganda, un programa innovador está empoderando a niñas sudanesas refugiadas para que se conviertan en defensoras de sus comunidades. Este proyecto, financiado por Education Cannot Wait, busca transformar el conocimiento en acción y fomentar un cambio positivo en sus vidas y en la de otras niñas.
Desde agosto de 2025, Legal Action Worldwide (LAW), en colaboración con la Strategic Initiative for Women in the Horn of Africa (SIHA), ha implementado un programa integral de educación en derechos humanos dirigido a niñas que no asisten a la escuela debido al conflicto en curso en Sudán. Este programa combina educación jurídica con salud mental y apoyo psicosocial, ayudando a las participantes a acceder a oportunidades educativas formales y no formales.
Formación y empoderamiento
Durante las primeras sesiones piloto del programa, veinticinco niñas de entre 11 y 18 años participaron en un intensivo de tres días, donde se abordaron temas como los derechos humanos, la igualdad de género y la violencia de género. «Estamos deseando terminar esta formación y aportar a nuestra comunidad lo aprendido aquí», comentó una de las participantes.
La formación no solo se centra en la educación, sino también en ofrecer un espacio de apoyo que fomente la resiliencia y la confianza en un contexto de incertidumbre. En una segunda fase, las participantes seleccionadas recibirán asesoramiento para convertirse en agentes de cambio en sus comunidades, amplificando sus voces y abordando problemas críticos como el matrimonio infantil y la violencia de género.
Una respuesta a la crisis
El conflicto armado en Sudán ha desplazado a casi 14 millones de personas, dejando a millones de niños sin acceso a la educación. La violencia de género ha alcanzado niveles alarmantes, con violaciones sistemáticas documentadas por las Naciones Unidas. En este contexto, muchas niñas sudanesas refugiadas enfrentan barreras adicionales para acceder a la educación, siendo menos de la mitad las que están matriculadas en programas formales en Uganda.
La iniciativa busca romper los ciclos de exclusión y silencio, proporcionando apoyo a través de programas de incidencia política y colaboración con educadores locales. Esta inversión histórica en el liderazgo de las niñas tiene como objetivo crear una red de jóvenes defensoras que puedan abogar por sus derechos y necesidades, enfrentando así los ciclos de violencia que han padecido.
Como declaró una de las participantes: «Aprendí que la educación es un derecho y una poderosa herramienta para el empoderamiento. Mi plan es volver a la escuela el próximo año». Con el apoyo adecuado, estas jóvenes están preparadas para transformar su conocimiento en defensa de los derechos y su adversidad en liderazgo.
