El uso de dispositivos electrónicos por parte de los menores se ha convertido en un tema de creciente preocupación para las familias. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 90% de los niños de entre 10 y 15 años utilizan internet diariamente, y la mayoría cuenta con un dispositivo propio, como un móvil o una tableta. Esta realidad plantea un desafío: ¿cómo gestionar un uso equilibrado de la tecnología en el hogar?
Con el inicio del nuevo curso escolar tras el verano, muchos padres se preguntan cómo establecer hábitos más saludables en torno al uso de pantallas. Este periodo es una oportunidad ideal para reorganizar rutinas, fijar límites y fomentar dinámicas familiares que promuevan un uso responsable de la tecnología. La clave no es solo imponer restricciones, sino también educar a los menores sobre el uso consciente de los dispositivos.
Recomendaciones para un uso equilibrado
La profesora y especialista en comunicación digital, Laura Cuesta, ha compartido en su cuenta de Instagram varios consejos prácticos para las familias. Cuesta destaca la importancia de crear un horario familiar claro: “Establece una rutina con horarios marcados para todas las actividades de los menores, también para el tiempo que van a poder utilizar los dispositivos tecnológicos”. Esta planificación debe buscar un equilibrio entre las tareas escolares, las actividades deportivas y el ocio, tanto digital como libre de pantallas.
Es fundamental que los tiempos de uso se adapten a cada edad. “Siempre adecuados a la madurez del menor, pacta unos tiempos de uso de los dispositivos digitales, enseñándoles la importancia del autocontrol y el uso moderado y saludable de la tecnología”, señala Cuesta. Así, se transforma la sensación de prohibición absoluta en acuerdos compartidos.
Crear espacios de desconexión
Entre sus consejos, Cuesta subraya la creación de espacios libres de pantallas en el hogar. Esto puede incluir zonas específicas donde no se permitan dispositivos electrónicos, como la mesa durante las comidas. Otro aspecto relevante es el sueño; la experta recuerda que es crucial desconectar al menos una hora y media antes de acostarse: “Acuerda con ellos no usar ningún dispositivo tecnológico una hora y media, o dos horas, antes de irse a dormir para asegurar un buen descanso”. Un mal uso de los dispositivos puede derivar en insomnio, falta de concentración y bajo rendimiento escolar.
Asimismo, recomienda desactivar notificaciones y, siempre que sea posible, dejar los dispositivos fuera del dormitorio. Si esto no es factible, aconseja utilizar el “modo avión” para evitar interrupciones durante la noche.
Finalmente, Cuesta propone fomentar actividades de ocio sin pantallas, como deportes, juegos de mesa o actividades en familia, que estimulen habilidades sociales y creativas. Estas experiencias no solo mejoran el bienestar de los menores, sino que también refuerzan los lazos familiares y constituyen tiempo compartido de calidad. “Aunque nosotros somos adultos —y sus padres—, no cabe duda de que los menores aprenden por imitación y, por ello, debemos ser los primeros referentes para nuestros hijos, con y sin tecnología”, concluye Cuesta. El ejemplo, más que la imposición, es clave para lograr un equilibrio digital en casa.
